De latidos y rutas. Santiago y sus ateliers
El caminante absorto por la pétrea belleza que envuelve a Santiago de Compostela advierte en las Rúas y en las plazas la singular combinación de estilos que habitan cada rincón de la ciudad. En cualquier lugar se fusionan románico, plateresco, barroco y sus neologismos, creando lo que se da en llamar el “estilo Compostela”.
Ese cuerpo de las grandes artes arquitectónicas tiene vías y rutas por las que transitar. Las Iglesias y Palacios ofrecen recogimiento y también sus tesoros al paseante.
Los museos con bellos cuadros de temática religiosa y laica invitan a la delectación. Bellos tapices y piezas de orfebrería llenan las salas de los grandes edificios emblemáticos del pasado. Y en el siglo XXI las “cajas blancas” llenas del arte de hoy, con abstracciones, nuevo figurativo y creaciones interdisciplinares se encuentran en cada fragmento del cuerpo de la ciudad. Además encontramos los latidos del corazón de la urbe, sus gentes que la pueblan, los artistas que en ella trabajan.
En una ruta de antiguos talleres de azabacheros, comparten espacio hoy, los herederos de aquella tradición de la piedra negra y otros nuevos creadores dedicados a la pintura, el esmalte o las piedras duras. En otra vía de antiguos plateros hay estudios de arquitectura, talleres de escultura, casas dedicadas a los centros de informática para crear arte en la red. Aún en zonas, de otrora venta de paños o en las rutas de los abastos, continúan hoy esas ofertas y descubrimos además nuevas sugerentes invitaciones a las artes hechas con materiales efímeros y objetos creados con la delicadeza del textil.
En Santiago se invita al visitante curioso aficionado a la belleza, a visitar los estudios de los artistas residentes para conocer más de los “latidos del corazón, la hermosa vivificante realidad de las artes en la vida urbana”.
Román Padín Otero
El caminante absorto por la pétrea belleza que envuelve a Santiago de Compostela advierte en las Rúas y en las plazas la singular combinación de estilos que habitan cada rincón de la ciudad. En cualquier lugar se fusionan románico, plateresco, barroco y sus neologismos, creando lo que se da en llamar el “estilo Compostela”.
Ese cuerpo de las grandes artes arquitectónicas tiene vías y rutas por las que transitar. Las Iglesias y Palacios ofrecen recogimiento y también sus tesoros al paseante.
Los museos con bellos cuadros de temática religiosa y laica invitan a la delectación. Bellos tapices y piezas de orfebrería llenan las salas de los grandes edificios emblemáticos del pasado. Y en el siglo XXI las “cajas blancas” llenas del arte de hoy, con abstracciones, nuevo figurativo y creaciones interdisciplinares se encuentran en cada fragmento del cuerpo de la ciudad. Además encontramos los latidos del corazón de la urbe, sus gentes que la pueblan, los artistas que en ella trabajan.
En una ruta de antiguos talleres de azabacheros, comparten espacio hoy, los herederos de aquella tradición de la piedra negra y otros nuevos creadores dedicados a la pintura, el esmalte o las piedras duras. En otra vía de antiguos plateros hay estudios de arquitectura, talleres de escultura, casas dedicadas a los centros de informática para crear arte en la red. Aún en zonas, de otrora venta de paños o en las rutas de los abastos, continúan hoy esas ofertas y descubrimos además nuevas sugerentes invitaciones a las artes hechas con materiales efímeros y objetos creados con la delicadeza del textil.
En Santiago se invita al visitante curioso aficionado a la belleza, a visitar los estudios de los artistas residentes para conocer más de los “latidos del corazón, la hermosa vivificante realidad de las artes en la vida urbana”.
Román Padín Otero
J´etait invité par Reina a faire le catalogue des artistes á Saint Jacques...trés jolie, voilá ma presence comme createur bijoux dans le livre