domingo, 22 de junio de 2008

Pedro Piñeiro






















QUINTEIRO DA CRUZ Y LOS PIÑEIRO
ROMÁN PADÍN
En la propiedad familiar de Quinteiro da Cruz transcurren buena parte de los recuerdos de esta saga durante el último medio siglo. La preciosa casa de campo es una arquitectura caprichosa llena de detalles escenográficos que se encuentra rodeada por un frondoso jardín que la vista no abarca. Salpicadas por el huerto, hay numerosas esculturas clásicas, pérgolas, jarros y otros juegos bucólicos de gran encanto. En uno de los bancos de la finca, charlo con mi anfitrión, Pedro Piñeiro.Frente a nosotros está una piscina de tamaño olímpico y me dice Pedro que su padre pensaba que las cosas debían tener una proporción acorde a su uso y una piscina para nadar necesitaba de una notable capacidad, así que hizo la más grande de las posibles. Esa divertida anécdota que denota la personalidad decidida del padre da pie en la conversación al repaso de la figura pública y privada de Victoriano Piñeiro Acosta. Victoriano, el padre de Pedro, fue durante muchos años alcalde de Vilagarcía de Arousa, municipio cercano al de Ribadumia, donde se encuentra la finca de los Piñeiro. También fue diputado provincial durante 12 años.En Vilagarcía, al frente de la municipalidad entre 1965 y 1976, espoleó Victoriano muchas actuaciones, entre otras gestiones fue él quien sentó las bases para la celebración de la Feria de Muestras, Fexdega. También la Fiesta de Exaltación del Marisco Perla de Arosa fue convocada por él. Esas citas, junto con la actividad portuaria, crearon grandes sinergias y desarrollo del tráfico mercantil en la ciudad. Completando la actividad motora de la economía local desde la alcaldía, durante el gobierno de Victoriano, se emprendieron numerosas obras públicas, entre otras, la construcción de las plazas de abastos de Vilagarcía, Carril y Vilaxoán. Se urbanizaron más de cien calles en esas tres zonas del ayuntamiento, se construyeron plazas y jardines como la Plaza de la Independencia y los jardines Fleming. También se hicieron, entre otros proyectos, varios colegios nacionales, la oficina de Correos y otros centros de uso público como parvularios, el ambulatorio y el centro de estudios de Renfe en Bamio.Victoriano era procurador de los Tribunales de Justicia, censor jurado de cuentas y auditor, profesor mercantil, agente de la propiedad inmobiliaria y maestro nacional. Así que aparte de haber tenido la dignidad de los cargos públicos, desarrolló también una sólida carrera en lo privado. Su afición a los deportes converge en el esfuerzo que realiza en Vilagarcía para la construcción del estadio de A Lomba y el gimnasio de la calle Castelao. Su interés por la flora le hace promover la inclusión de la ciudad en la Fiesta de la Camelia, deviniendo él mismo en destacado especialista de la flor icono de Galicia, al hacer una plantación fabulosa de esos árboles en la finca de la familia. En fin, su afición a la navegación, la tradición religiosa y cultural se plasma en la inauguración durante sus años de gobierno de la Ruta Fluvial Xacobea.Su perfil de hombre volcado en la mejora y desarrollo de las comodidades de sus convecinos, se vio premiada no solo por las encomiables labores que realizó durante sus lustros de trabajo, ­sino también por la concesión en el año 1976 del título de alcalde honorario a perpetuidad, la medalla de oro de la ciudad y el nombramiento de hijo predilecto de Vilagarcía”. Los recuerdos cariñosos al padre aparecen repetidamente en fotografías, cuadros, placas de homenaje y pequeñas historias sobre las cosas que amueblan la casa familiar de Quinteiro da Cruz. Un retrato del padre con don Juan Carlos y junto a él otro que lo representa junto a Álvaro Cunqueiro. No lejos, una fotografía del padre y la madre comiendo unos racimos de uvas y entre los viñedos de la finca, al mirar por la ventana, se ve un cruceiro bicentenario, conservado por Victoriano, del que me destaca Pedro que está labrado en una sola pieza de granito. La propiedad familiar en donde en la actualidad reside Pedro con su mujer, Verónica Rodríguez Plesky, y su hija Carlota, es la casa de la viuda de Victoriano, madre de Pedro, Maruxa Lago. Maruxa y Victoriano fueron padres también de tres chicas, María del Carmen, Beatriz y Teresa, siendo Pedro el único varón. Visitando al matrimonio formado por Maruxa y Victoriano en épocas diversas, estuvieron en la casa muchos amigos y personas entrañables. En la actualidad son Pedro y Verónica, quienes ejercen de anfitriones en la compañía de la madre viuda de Pedro y sus hijas. En torno a una enorme mesa de granito me hace notar Pedro que se celebró el primer Congreso de Poesía Gallega. Allí mismo se hicieron las firmas relativas a aspectos de importantes documentos como el Estatuto de Galicia. Entre los que frecuentaban la casa estaba el poeta Manuel María, quien dedicó preciosos versos a Pedro, a su familia y a los vinos de albariño que bajo el nombre de la casa se producen en la propiedad.En otra ocasión reciente fue el propio Pedro quien ofició de anfitrión de una gran reunión de literatos entre los que se encontraba Nélida Piñon y Alfredo Conde. Quinteiro da Cruz es una casa de la vida envuelta por la estética y la amistad.
Diversas tribulaciones y profesiones de un hombre de sociedad
Pedro, tras estudiar en un colegio en Vilagarcía, se trasladó a Santiago, donde se licenció en Biología y en Farmacia. Se diplomó en Óptica y obtuvo el título de Máster en Medio Ambiente. Ya desde su época de estudiante desarrolla una intensa vida social que viene a ser una tradición en la familia, pues la simpatía de conducta propia del anfitrión, es lo que vio en su casa desde la infancia.La afable personalidad de Pedro, su gran elocuencia como conversador y su enorme conocimiento de un gran abanico de materias, le hacen una especie de embajador oficioso de Vilagarcía y sus gentes. No solo es miembro del Real Club de Regatas desde siempre, sino que en los últimos años sus compañeros socios le han nombrado presidente. Y con la junta directiva han organizado importantes eventos para el mundo de la vela y la vida social gallega como la visita de Elcano a Vilagarcía coincidente con las celebraciones del centenario del club. En sus actividades particulares, sigue siendo un importante participante en el festival de la camelia, siguiendo la tradición paterna y poniendo en valor uno de los activos de las tierras Gallegas.Además, cultiva albariño y produce varios caldos que etiqueta de una manera singular pidiéndole cada vendimia a un artista plástico que le diseñe una imagen. Hay un pequeño museo en su sala de catas y, entre otros, destacan los diseños hechos para las botellas por Ramón Conde.Como no son aún bastantes las actividades que desarrolla, Pedro regenta una farmacia en el casco urbano de Vilagarcía.Su mujer Verónica, hace de infatigable compañera en estas actividades públicas y privadas de Pedro. Padres de una niña, están en el momento de redacción de estas líneas encinta de su segundo hijo.A buen seguro que padres e hijos serían un gozo para la vista del abuelo Victoriano, cuando todos llenaran la piscina enorme de la finca durante el verano gallego. Pues cualquiera sabe que esas simpáticas obras de jardines y parques familiares son del tipo de las que los paterfamilias hacen para ver disfrutar en ellas a sus descendientes..
Entre arcos de flores, pérgolas, parterres y camelias de ensueño
El jardín de los Piñeiro se puede llamar huerto de las fuentes, pues no importa dónde se fije la mirada, aparece un bello surtidor de agua con formas románicas, clasicistas o neobarrocas. En una gran explanada de verde se alza una fuente de copas grácil como un salto de agua. Cerca, un pilón medieval surte de alimento a un grupo de nenúfares y en otro sector de la finca varias filas de grifos hacen juegos de lanzadera acuosa. Junto a la capilla hay una pila bautismal y una escalinata con un bonito balaustre que da acceso a un onírico laberinto de encantadores parterres de camelias rodeando una recoleta fuente decorada con testas de equinos. Entrar en el laberinto de muros de hojas brillantes cuajados de flores de camelia multicolores es semejante a dejarse llevar por la evocación a Jean Cocteau en sus filmes protagonizados por la bella María Casares. En una vuelta nos vemos envueltos en flores blancas como la nieve y, más adelante, unas flores ligeras como un verso de Rosalía nos dirigen el paseo que sigue sin fin siempre sutil en la deliciosa caricia de las camelias de Galicia.La sensación de estar en el vientre amniótico de esta tierra es incomparable. Si la metáfora lo acierta, este jardín de camelias hecho de pasillos altos como la nota de un oboe y ligeros como el salto de Nureyev es el seno de nuestra tierra. La hermosa presencia de una naturaleza verdadera que aparece como por casualidad, pero que ha sido sabiamente guiada por el gesto del hombre en el vientre del huerto se hace notar con delicada armonía, todo es un concierto de color y forma. El equilibrio sincopado de lo eventual y lo previsto juega como las hadas corretearían en una noche de verano en este más bello jardín de camelias del mundo.







I´ve published this article autour de mon amie Pedro, un gentiluomo dal secolo XXI