jueves, 18 de febrero de 2010

Hombre del siglo XXI, Faro de Vigo


XXIst century men
Men´s appearance and identity in a decade
Male’s aspect has been sustained ever since the beginning of civilization, onto three possible appearances. Gowns representing political forces, those related to military power and even others devoted to the religious hierarchy, have been the main ways to dress “le male”. These old archetypes where enhanced with the all black suits inherent to the bourgeoisie in the mid nineteen century and last but not least, color became a part of men´s wardrobe as the century approached it´s end with the Belle Époque´s gentlemen peacocks, better known as dandies. The XXth century, runs about the image of the sports men as the new heroes, while actors or rock stars develop their style influence as icons and trend setters.
In less than five centuries men´s style references rushed from monarchs such as Charles the V, or Louis the XIV, to media figures such as football player Zinedine Zidane or actor Hugh Jackman.
How is the XXIst century man? What are the references to inspire male wardrobes in the first decade of the new millennium?
First characteristic in men´s appearance after postmodernism is plurality. While the decade pivots among recycling and crisis. Sociopolitical scene fights amongst dramatic S11 and Tahiti earthquake. And culture celebrates designers as celebrities and cookers as artists. Men´s style is open wide to any possible aspect as symbol of the diversity to come. There are do, two main profiles to become principal references in quotidian looks.
Minimalist urban aesthetics, lead by designer Raf Simons is one of the main profiles for men of the twenty first century. Simons might be considered as precursor to the slim and fragile look of many generations after his initial collections in 1995, where he introduced a slender look based on simple clothes while playing with ambiguous sexual identity and ever lasting teenage beauty.
That style was then continued by Hedi Slimane at Dior home, where he created the look of the first five years in the new century. A man inspired in Berlin´s streets, with tight pants in rocker style, bomber jackets, narrow ties, and above all a certain eternal adolescent aspect with slight dandy underlines. His place as artistic director in Dior Homme, is occupied after 1997 by Kris van Assche, who has also introduced various innovations into men´s silhouette. He made popular massive foulards over long shirts, not to mention leggings and sport boots, one of the designer´s main icons.
He developed a certain oriental look with lots of superposition that has been taken to the summum by Ricardo Tisci at Givenchy.
After 2005, Thom Browne and Tom Ford, became axial in the redefinition of the sartorial world. After working for Armani and Ralph Lauren, Thom Browne makes his only man show in New York in 2001. He makes ever after, a constant redefinition of the tailor suit while introducing in his style certain touches of college uniforms, sports team or club outfits. The extremely short pants and very little jackets he presents might often remind us of postwar children clothes. But his designs are incredibly chic and he´s become a reference of fusion amongst urban wear and vintage sport.
After 1994 Tom Ford created his porn chic collections for Gucci followed by his triumphal entrance into Yves Saint Laurent´s revision of the ladies suit. In 2002 he made a revolution exposing for the first time ever a frontal nude of a man in M7 parfum´s pub showing a snapshot of sports man Samuel de Cubber. Three years later Ford himself appeared nude in W magazine, photographed by Steve Klein to promote his own label. Pictures where radically sexual while tranquil, they were as intimate as the suspended intimacy that one may find in his tailor dressing room. After that editorial, well tailored three pieces suits signed Tom Ford became a most celebrated influence in men´s wardrobe. His eyewear, modeled by Spaniard Jon Kortajarena has made big fashion. His all glamour universe was celebrated as leitmotiv for his film “A Single Man”. In the film we find a peculiar male archetype, a most masculine and calm gentleman. The whole movie responds to the precise well tailored and rationalist esthetics of the designer.
So far the slim silhouette of the everlasting teenager and the tailor suit in a designer interpretation are two o the most prominent ways to decline the term “masculine” in the XXIst century.
Román Padín Otero
EL HOMBRE DEL SIGLO XXI
Apariencia e identidad masculina de una década
El aspecto de los varones se ha estructurado, desde antiguo, en torno a tres formas de hábito. Los trajes que representaban poder político, los del poder militar, y aquellos otros que servían para representar poder religioso. A estos arquetipos se añadieron los de los trajes negros del burgués urbano en el siglo XIX, y la conducta como pavos reales de los dandis en la Belle Époque. El siglo XX, gira entorno a la imagen victoriosa del deportista como nuevo héroe y al influyente aspecto de los actores del cine y de las estrellas del rock pop.
Los referentes del estilo masculino pasaron en cinco siglos de ser los monarcas, con por ejemplo Carlos V o Luís XIV como iconos. A ser las figuras mediáticas, con por ejemplo el futbolista Pep Guardiola o el actor Hugh Jackman, como ejemplos a seguir.
¿Cómo es el hombre del siglo XXI, cuales son los referentes en la semiótica del vestido masculino en esta primera década del nuevo milenio?
La característica primordial del hombre después del todo vale postmoderno, es la de la pluralidad. En una década que abarca el reciclaje y la crisis; el atentado del 11S y el terremoto de Haití; a los diseñadores como celebridades y a los cocineros como artistas. Se debe admitir que casi cualquier arquetipo de hombre está en estilo. Pero, hay dos perfiles preeminentes que influyen de modo principal en el hombre de la calle.
La estética de urbanita minimalista, está liderada por el diseñador Raf Simons, que es considerado el precursor del arquetipo del hombre del primer lustro del siglo XXI. Desde sus primeras colecciones en 1995, introdujo una silueta delgada, con prendas sencillas que jugaban con la identidad ambigua de la belleza adolescente. Ese estilo fue continuado por Hedi Slimane al frente de Dior, creando el look del lustro, quien diseño un hombre recuperado de las calles de Berlín, con pantalones estrechos de tipo rocker, cazadoras bomber, corbatas estrechas, de un aspecto de eterno adolescente con ciertos toques de dandismo indolente. Su puesto en Dior es ocupado desde 1997 por Kris van Assche, quien también ha aportado nuevos acentos a la silueta masculina en el segundo lustro del siglo XXI. El fue quien popularizó los foulards sobre camisas largas y pantalóns legging con botines de basket. Una apariencia llevada al súmmum por Ricardo Tisci en la firma Givenchy.
Desde el año 2005 adquieren importancia referencial Thom Browne y Tom Ford, dos creadores que se inspiran en la revisión de la sastrería clásica.
Thom Browne, después de trabajar en Armani y Ralph Lauren, presenta su primera colección en Nueva York en 2001. Hace una revisión de la sastrería clásica trufada con matices de uniforme de colegio, equipo deportivo o vestimenta de club. Su silueta de pantalones cortos y chaquetas ajustadas, puede recordar a un niño de la posguerra. Pero resulta terriblemente chic y se ha convertido en referencial en la fusión del deporte retro y la moda urbana.
Desde el año 1994, el diseñador Tom Ford, crea colecciones de estilo porn chic retro para la marca Gucci, y revisa la identidad del sastre clásico para Yves Saint Laurent. En el año 2002, revolucionó la visión pública del cuerpo masculino al fotografiar en desnudo frontal al deportista Samuel de Cubber para el perfume M7. Y tres años después, aparecía él mismo desnudo en la revista W, en un reportaje fotografiado por Steven Klein para promover la propia marca del diseñador que navega desde entonces en solitario. Las fotos, de una sexualidad sofisticada exhalaban no obstante una tranquilidad propia de la intimidad de un probador de sastre clásico. Después de ese editorial las colecciones para hombre de Tom Ford, con trajes bien cortados de tres piezas, zapatos de cordones con pespuntes y accesorios en tejidos esencialmente masculinos, son la novedad más influyente en el aspecto del hombre.
Su línea de gafas de pasta, anunciada por el modelo español Jon Kortajarena se ha impuesto de forma absoluta.
El universo de eterna elegancia revival de los glamurosos anos sesenta, que sirve de leitmotiv a Tom Ford, es el escenario de su primer film como director, “Un hombre soltero”. Donde el arquetipo masculino que presenta es el de un tipo maduro, sosegado y viril. Todo en el filme responde a la precisa estética bien cortada, limpia y de racionalismo de salón, inherente al diseñador.
La silueta delgada de eterno adolescente y el traje sastre en versión de autor, son las dos formas axiales con las que se declina el término “masculino” en el siglo XXI. Hubo un tiempo, entorno al ano 1984, en el que la moda gallega no solamente alcanzaba ventas fabulosas, si no que también creaba “cultura”. Entonces, el hombre Adolfo Domínguez con “la arruga es bella”, era el arquetipo masculino. Lástima que ahora ese creador de referencia aplica su talento a hacer devastadores análisis económicos y no a diseñar un hombre futuro con el que poder seguir apareciendo en los anales de la cultura del traje de occidente.
Román Padín Otero

He publicado hoy este artículo sobre el hombre siglo XXI, en el Faro de Vigo, Faro da Cultura...Román