sábado, 27 de febrero de 2010

El mayor espectáculo del mundo

He publicado este artículo sobre Madrid Fashion Week y la mascarada en El Correo Gallego
Isabel Mastache

Carlos Doblas
Miriam Ocáriz
Juanjo Oliva
Amaya Arzuaga
El mayor espectáculo en el mundo
A los pintores de la época de las vanguardias les encantaba el circo, en aquella época era el espectáculo más grande del mundo. Los cuadros con arlequines de Picasso, los retratos ecuestres de Seurat, los inspirados en el Circo Fernando, firmados por Degas y Toulouse Lautrec, son muestras señeras de esa fascinación por la fantasía circense en el inicio del siglo XX.
En la actualidad el circo en sí mismo, no es el espectáculo de referencia para los creadores, pero la mascarada, una de las esencias de lo circense, sí inspira a las artes. Es el caso de Jorge Galindo quien hace grandes series con cabezas de Clowns. O de la fotógrafa C­indy Sherman, que también se autorretrata como payaso. Si bien es cierto que la referencia al disfraz en estas obras está más ligada a la idea de apariencia que a la de circo.
Hoy la apariencia se desarrolla en manera principal por la moda, que es el mayor espectáculo del mundo. Si hace cien años, el público gozaba del espectáculo mágico con el circo, en la actualidad, la audiencia goza con la moda. Aquel circo era una industria de dimensiones reducidas y la moda es hoy un macroengranaje que lo abarca todo. No sólo nos entretiene sino que genera cultura, empleo y sinergias.
En la calle nos rodea la publicidad de universos lujosos. Cada seis meses las pasarelas llenan cabeceras. Y la moda, la apariencia, la mascarada, es un sistema de expresión de cada personalidad que se apoya en lo diferente.
Mascarada y apariencia vestida, se pudo ver en la Pasarela Cibeles, Madrid Fashion Week otoño-invierno 2010. La sección dedicada a los jóvenes creadores, El Ego, estuvo llena de singularidades. Fue excelente el minimalismo en el desfile de Carlos Doblas que presentó una apariencia futurista con mohair y vinilo. Quien acaparó todos los titulares periodísticos fue la licenciada de la pontevedresa escuela Esdemga, Isabel Mastache, con una colección para hombre llena de apariencias nunca vistas antes. Trajes de marino revisados, de gallo inventado, de peliqueiro hipermoderno. Lo más mediático, su traje sastre para caballero con desnudo frontal incorporado. Una mascarada minimal y otra maximal.
David Delfín, propone la deconstrucción de la sastrería clásica con sobrios pantalones-falda-americana y elegantes vestidos-abrigo. Una apariencia híbrida.
Juanjo Oliva hizo un espectáculo-pasarela con dos propuestas concretas. La de una apariencia guerrera, como con trajes para mujer que practica esgrima. Y unos vestidos de escote Diana con evocación clasicista. Una apariencia de pasado y futuro.
Miriam Ocáriz, idea un aspecto que combina texturas, colores y materiales. Raso rosa, con punto gordo, con paillettes, estampados en seda y piel. Un aspecto puzzle.
Amaya Arzuaga, recrea el constructivismo con un sistema de piezas y nexos. Un aspecto arquitectónico.
Hasta cincuenta son los creadores que desde Pasarela Cibeles crean imágenes para representar el mayor espectáculo del mundo hoy, la moda. Entre mascarada e industria.
Román Padín Otero