La elegancia como estado de gracia se comunica del interior al exterior.
Es la forma de ser la que posibilita la belleza en el vestido y el gesto.
Son las virtudes cardinales las que posibilitan la conducta en excelencia estética.
El hombre destaca en la contención y la mujer en la constancia.
Ay! de aquel que haga de la excentricidad su nota dominante.
Ay! de aquella que sea "móbile" y lleve conducta caprichosa usando a las personas a su solaz.
En ambos casos la elegancia brillará por su ausencia al no encontrarse en el comportamiento de los sujetos urbanitas.