domingo, 11 de mayo de 2008

Rafael Cidoncha




































El paisaje cosmopolita de Rafael Cidoncha. Una vida soñada en Galicia y París
Román Padín
No es frecuente que Rafael C­idoncha visite Galicia por trabajo. Tan escasas son sus visitas laborales que este vigués, retratista de los Reyes de España y representado en las más exquisitas colecciones privadas del mundo, realiza con gran contento en esta temporada su primera exposición monográfica en una galería gallega. Con motivo del viaje a su tierra natal es posible hacer de viva voz junto al artista un cuaderno de recuerdos por su interesante biografía.Nacido en Vigo, su familia procede por la rama paterna de Madrid y por la vía materna de Vigo. Su padre, Venancio González, fue un conocido arquitecto dedicado especialmente a la promoción inmobiliaria. Tuvo una vida azarosa por el interludio de las guerras, capitán republicano vencido en la batalla del Ebro hubo de exiliarse en Francia. En el país de Louis Le Vau vivió un contexto complejo pues, en plena ocupación pasó severas condiciones de vida y tuvo por principal ocupación la de la construcción de presas en el Pirineo durante la contienda. En Francia residió veinte años, tras los cuales se instaló por afinidad con un hermano ingeniero militar destinado en Galicia, en la ciudad de A Coruña, donde estableció el hogar familiar.La familia materna era del bando nacional, en la guerra mataron al padre de su madre, María Teresa Cidoncha y la abuela viuda se asentó en Vigo en la calle Cuba. Del matrimonio González Cidoncha nacieron tres hijos. Entre sus recuerdos de infancia, Rafael conserva la memoria de sus ratos siempre dibujando en un delicioso mundo imaginario. El universo del pintor adolescente que aparece en numerosas fotografías en diálogo con sus pinceles durante el veraneo de Guitiriz o en los inviernos coruñeses. Conserva también amistad con algunos compañeros del colegio de los Dominicos como con César Antonio Molina, el actual ministro de Cultura.A los 17 años se trasladó a Madrid a estudiar la carrera de Bellas Artes. Siendo estudiante ya comenzó a exponer con Fernando Vijande en la Galería Vandrés y en esa época conoce a otros pintores como Gordillo, Guillermo Pérez Villalta, Darío Villalba y al pintor realista Claudio Bravo. Este último, luego de ver y apreciar sus cuadros, le invita a pasar los veranos en Tánger para perfeccionar su técnica. Esas estancias con el pintor chileno resultaron visionarias, pues la calidad plástica de la obra de Rafael alcanzó un cénit singular. Además Marruecos se convertiría en un destino dilecto pues en compañía de los Barones de Rothschild o del filósofo Bernard-Hénri Lévy con su círculo de amigos, entre otros, habría de pasar Rafael en distintos momentos de su vida, deliciosas estancias de pintura, amistad y orientalismos estéticos. En esa época de juventud con el también pintor Zush, realiza los primeros viajes a Estados Unidos. En Nueva York conoce las novedades de la escuela americana y descubre grandes artistas de la escuela de Londres. En esos años el célebre artista británico David Hockney le retrata y por el azar del curioso amante de las artes descubre avant la lettre a Lucian Freud en una pequeñísima galería de Madison. Tras sus años de primer peregrinaje académico instaló su casa y estudio en Madrid. Desde entonces ha mantenido siempre el contacto con Galicia, afecto que ha compaginado con su vocación europeísta, teniendo a la ciudad de París como destino preferido de estancias temporales.Su afición al paisajismo le ha dirigido en los últimos años a un nuevo destino, fuera del circuito de grandes metrópolis que frecuenta con asiduidad, ha adquirido una hermosa propiedad campestre en Huelva. Un entorno natural, ¡que tiene lo mejor del cielo andaluz y el verdor de la tierra gallega!En Andalucía pone en práctica la construcción de jardines de la inteligencia, y perfecciona el ejercicio del oficio artístico sobre un soporte dúctil y vívido como la flora.En la actualidad, Rafael Cidoncha está además restaurando un inmueble en el 11eme parisino cerca de Bastille, donde tendrá una residencia estable.Es fascinante ver como la obra de este artista establece un diálogo con su biografía. Hay en ella tres grandes ámbitos temáticos: los retratos de personas, los paisajes y los interiores.Por su pincel han pasado los rostros de don Juan Carlos a quien retrató en varias ocasiones. Ha retratado a muchos ministros salientes para las colecciones que decoran las sedes oficiales. Entre ellos, ha hecho la efigie de Pío Cabanillas, otro gallego transnacional. Y también ha retratado a doña Carmela Arias y al Conde de Fenosa, entre otros muchos notables.En los retratos de paisajes se ha parado en la visión de botánico reproduciendo con detalle cada estambre de plantas y flores de jardines holandeses, británicos o mexicanos. En la distancia la relación del hombre con la naturaleza le sitúa dibujando la montaña gallega o las dehesas castellanas.Hay, en fin, un tercer campo de su pintura que es el retrato de salones en las casa de los personajes del gran mundo que frecuenta. Un universo elegante donde Rafael Cidoncha alcanza tanto éxito como en la vida artística. Un gallego del siglo XXI.
Entre el círculo natal familiar y el ámbito de afinidades electivas
Desde su Galicia natal y posterior traslado a Madrid para licenciarse en bellas artes inicia Rafael Cidoncha un cuaderno de viajes y estancias entre la elite cultural, social y artística europea y americana que resulta absolutamente fascinante.En sus primeros viajes a Estados Unidos, en los años ochenta, de la mano de Zush y algunos críticos de arte neoyorquinos conoce a María Helena de Ro­thschild. La elegante anfitriona de varias décadas de la alta sociedad internacional desde sus residencias parisinas entre los almohadones de su belleza, buen gusto, cultura y fortuna, se hizo gran confidente de Rafael. Con María Helena y Guy de Rothschild desarrolló una cercana amistad y con ellos residía temporadas en el Hotel Lambert de París, la preciosa residencia que el matrimonio poseía en l´île de Saint-Louis. Recuerda Rafael que en un momento dado le propusieron vivir con ellos establemente en unas de las habitaciones del hôtel pero él prefirió mantenerse con la amistad y acompañarlos en sus fiestas, viajes y retratar todas las habitaciones del legendario palacio y tomar asimismo la esencia de otras de las residencias europeas de la pareja de aristócratas a través de sus pinceles.De la época de amistad con Guy y María Helena, Rafael recuerda toda la actividad social que desarrollaba el matrimonio. Los bailes legendarios que celebraban en donde la etiqueta competía con la fantasía forman parte de un tiempo pasado que no se repite en la actualidad. El Hôtel Lambert, la casa del matrimonio, es además muy célebre por otro de sus moradores, gran organizador de fiestas también. El Barón de Redé junto a Arturo López- Willshaw, entretuvieron una época con su estilo y fiestas. Forma parte de los anales del siglo XX la fiesta oriental celebrada en el Hôtel Lambert por ellos.Rafael recuerda bien al Barón de Redé con quien compartió intereses y quien fue consumado coleccionista de los cuadros de Rafael, lo mismo que el matrimonio Rothschild.Entre sus amistades y clientes se encuentran también personalidades de diversas casas reales como la española, celebridades del mundo del cine y la moda.
Larga y transhumante agenda de un europeo intelectual y mundano
Otro de los grandes clientes y amigos de Rafael es Valentino el modisto, para quien retrató varias de sus casas y con quien compartió viajes deliciosos en su barco y estancias de ensueño en sus casas. A través de Valentino ha tratado a Nati Abascal y a otros personajes de la sociedad y la moda. La pintura de Rafael Cidoncha ha seducido también a Yves Saint Laurent a quien ha visitado en su jardín de Marrakech, le Majorelle. Para el modisto ha retratado sus mascotas en el estilo tradicional de cuadro británico de animales de compañía propio del siglo XVIII.La presencia mediática de Rafael Cidoncha es muy notable desde hace décadas y en especial en los dos últimos años se ha destacado por su serie de cuadros, retratando el círculo de amigos y el interior del Riad, propiedad de Bernard-Henri Lévy, el filósofo francés.Los cuadros con la técnica realista, casi fotográfica, firmados por Cidoncha presentan los interiores como espacios para piezas de conversación de la casa del filósofo en Marrakech. La residencia, que otrora perteneciera a los Getty, aloja con frecuencia a Mick Jagger, a la gran decoradora Andrée Putmann y al zapatero Christian Louboutin, entre otros célebres amigos. También frecuenta Rafael la compañía de la musa y modelo Faridah, la bella Arielle Dombagle y el sesudo Gilles Herzog.El interés por los jardines se hace notar también en la vida y la obra de Rafael Cidoncha, tiene un gusto botánico refinado y visita jardines holandeses y americanos, y el suyo propio en Huelva es un ingenio del arte floral. Las campiñas que rodean las villas italianas del véneto son uno de sus intereses. Estética verdescente en la vida y obra de Cidoncha y su “gran familia” de las artes.
Esta artículo en el correo gallego...voila le galicien chic et intelectuel...this is the type of gentlemen we should demand in Galicia!! Con Farah Dibah, con Marie Hélene de Rothschild, con Óscar de la Renta, con Ramón Conde y Román Padín, con Bernard Henri-Lévy.