CUANDO YO era un niño, visitaba con mi abuela las casas de sus amigas. Era invitado inconsciente en un mundo de mayores. Un mundo que pertenece al tiempo perdido, a una época de la historia adscrita a otro estilo de vida.
En esa actividad de invitado accidental, nos recibía la farera en su casa, el faro de Punta Cabalo, y nos contaba lindezas formales. Otra de las amigas de mi abuela tenía una gran casa inglesa, con vistas al puerto de O Xufre, también en A Illa de Arousa, allí la voz humana contaba historias míticas de Portugal. Hoy, ambas casas son restaurantes, en los que se come espléndidamente y en el que uno puede interpretar que acude como invitado, invitado de hostelero, pero invitado en suma.
Entre un momento mítico, en el que el faro era hogar o en el que la gran casa de estilo inglés era residencia familiar, y la actualidad, un momento banal, en el que las dos edificaciones son sitios de hostelería, no habría para el tercero, mi posición, más diferencia que la de la interpretación. Antes se interpretaba la visita como amistad, hoy se interpreta la visita como ocio. En ambas situaciones, somos observadores de un evento ajeno, ninguno es mejor que otro, sólo son distintos.
Mirando así las cosas sin nostalgia, se puede trasladar al campo musical esta situación de las variaciones sobre un tema. El faro o la casa se transforma en restaurante en un lugar y en otro, un aria de ópera se transforma en canción pop.
La ópera Sansón y Dalila, de Saint Saëns, tiene muchas bellas arias. Una de ellas, la titulada Mon couer s´ouvre à ta voix, es especialmente dilecta a los aficionados al melodrama. En ella, el canto de Dalila expresa que su corazón se abre a la voz de Sansón como las flores al beso de la aurora. Le pide que se rinda a su ternura y vierta sobre ella su ebriedad de amor.
Esta bella declaración de amor ha tomado vigencia al haber sido elegida por el grupo Muse, que visita Santiago actualmente, como parte de su repertorio. Resulta fascinante escuchar la versión rock de la clásica canción francesa al ser puesta al día por Muse, bajo el título Te pertenezco, y sentirla como declaración de amor del siglo XXI.
Es otro caso de interpretación, que pone en conexión el mundo decimonónico de la ópera francesa con el mundo cinematográfico y pop rock de la escena musical actual.
En el ayer, la voz humana servía de llave al corazón,;en el hoy parece que la frase pide una llamada de teléfono. La voz humana sirve hoy para abrir el corazón, en persona o a través de redes inalámbricas. Siendo visitante en el pasado o amante en la actualidad, la interpretación de la voz humana nos permite mantener viva la llama de la pasión, hablarse para seguir amando
En esa actividad de invitado accidental, nos recibía la farera en su casa, el faro de Punta Cabalo, y nos contaba lindezas formales. Otra de las amigas de mi abuela tenía una gran casa inglesa, con vistas al puerto de O Xufre, también en A Illa de Arousa, allí la voz humana contaba historias míticas de Portugal. Hoy, ambas casas son restaurantes, en los que se come espléndidamente y en el que uno puede interpretar que acude como invitado, invitado de hostelero, pero invitado en suma.
Entre un momento mítico, en el que el faro era hogar o en el que la gran casa de estilo inglés era residencia familiar, y la actualidad, un momento banal, en el que las dos edificaciones son sitios de hostelería, no habría para el tercero, mi posición, más diferencia que la de la interpretación. Antes se interpretaba la visita como amistad, hoy se interpreta la visita como ocio. En ambas situaciones, somos observadores de un evento ajeno, ninguno es mejor que otro, sólo son distintos.
Mirando así las cosas sin nostalgia, se puede trasladar al campo musical esta situación de las variaciones sobre un tema. El faro o la casa se transforma en restaurante en un lugar y en otro, un aria de ópera se transforma en canción pop.
La ópera Sansón y Dalila, de Saint Saëns, tiene muchas bellas arias. Una de ellas, la titulada Mon couer s´ouvre à ta voix, es especialmente dilecta a los aficionados al melodrama. En ella, el canto de Dalila expresa que su corazón se abre a la voz de Sansón como las flores al beso de la aurora. Le pide que se rinda a su ternura y vierta sobre ella su ebriedad de amor.
Esta bella declaración de amor ha tomado vigencia al haber sido elegida por el grupo Muse, que visita Santiago actualmente, como parte de su repertorio. Resulta fascinante escuchar la versión rock de la clásica canción francesa al ser puesta al día por Muse, bajo el título Te pertenezco, y sentirla como declaración de amor del siglo XXI.
Es otro caso de interpretación, que pone en conexión el mundo decimonónico de la ópera francesa con el mundo cinematográfico y pop rock de la escena musical actual.
En el ayer, la voz humana servía de llave al corazón,;en el hoy parece que la frase pide una llamada de teléfono. La voz humana sirve hoy para abrir el corazón, en persona o a través de redes inalámbricas. Siendo visitante en el pasado o amante en la actualidad, la interpretación de la voz humana nos permite mantener viva la llama de la pasión, hablarse para seguir amando
Román Padín Otero