Coincidiendo con la celebración de su veinte aniversario, la Fundación Caixa Galicia inaugura en su sede de Rúa do Vilar la exposición titulada Miradas. Hacia el paraíso. La muestra comisariada por Fernando Castro Flórez, invita al visitante a realizar un tránsito por los fondos de la colección de la entidad gallega, que se ordenan en esta ocasión como un gabinete de coleccionista. O si se permite la licencia, se presentan obras excepcionales de artistas de los siglos XX y XXI, a la manera del Anticuario del puerto, el célebre óleo de Urbano Lugrís, fechado en el años 1946. En el cuadro conviven una gran bola del mundo, maquetas, conchas, jarrones, una pipa de espuma, catalejos, paisajes en lontananza, abanicos, porcelanas y quinqués. Todo el exceso narrativo de la composición de aires metafísicos, pone en situación al espectador. La obra de Lugrís es una narración concreta en cada cuadro, cada óleo es un capítulo y todos ellos conforman un libro de amante de todas las artes con atemporalidad. Así se presenta en esta exposición, una selección de la colección de la Caixa. Creando un escenario como el del anticuario del puerto, en el que cuadros de diversos autores y diversas épocas se ordenan con una vocación de transitar por la intelectualidad gallega más cosmopolita. Desde lo definitivamente local se accede a lo internacional y se contextualizan a los artistas transterrados entre ellos. Laxeiro y sus retratos románicos, con Díaz Pardo y sus barroquismos de juventud, ambos fuera de Galicia, en una época de vanguardias y por motivos de pensamiento. Junto a ellos otros transterrados, Leiro con su recogedora de chapapote y Antón Lamazares con sus antropomorfías, otros dos desplazados fuera, en una época de bonanza ochentera por motivos de mercado. Además las grandes ideas del arte de todos los tiempos se presentan como crisol en otras salas de la muestra y junto a Óscar Domínguez y su "pintor con la modelo", están Picasso, Miró, Dalí y Léger. Una mirada sintética a una época de grandes cambios, tantos como recovecos políticos tuvo el siglo XX. Un siglo que estuvo marcado por las contiendas mundiales, la guerra española, los conflictos en oriente y la guerra de culturas. Entre conflictos, los artistas estupefactos por su incapacidad de cambiar el mundo por medio del arte, dan respuesta en clave de cubismo, surrealismo o expresionismo abstracto a una realidad llena de dramatismo. Entre el también expuesto Nature morte avec un vase de coquelicots de Marc Chagall, circa 1959 y el Jerusalem de Antonio Murado de 2005, hay una fina línea de contacto.
En ambos se percibe la sotenida belleza de lo sublime, en el primero con el hedonismo flotante del maestro Chagall y en el segundo con la visión del infinito místico del artista gallego. Hacia el paraíso nos lleva con parada en bellos parajes del arte de los siglos XX y XXI hacia la vida interior, et in arcadia ego. Una exposición imprescindible.
En ambos se percibe la sotenida belleza de lo sublime, en el primero con el hedonismo flotante del maestro Chagall y en el segundo con la visión del infinito místico del artista gallego. Hacia el paraíso nos lleva con parada en bellos parajes del arte de los siglos XX y XXI hacia la vida interior, et in arcadia ego. Una exposición imprescindible.
Román Padín Otero
He publicado to-day este artículo sobre la colectiva comisariada por Fernando Castro Flórez en Caixa Galicia...llevad a los niños! Román