Pasarelas y Museos
Coincidiendo con la Pasarela Cibeles, se celebran en Madrid numerosos eventos. Fiestas y exposiciones llenan un calendario establecido bajo el pretexto de la moda.
La pasarela se abre cada temporada con el desfile de los noveles en El Ego. Entre los diez jóvenes talentos a concurso, estaba Marta Montoto quien presentó su colección de punto listo para caminar por la ciudad, inspirado en las máscaras mexicanas de la lucha libre. Valdnad, es otra de las jóvenes creadoras que presentó un universo que evocaba a la pintora Georgia O´Keeffe y su estética de osamentas de venatoria y tejidos de patchwork. La ganadora del premio L´Oreal en esta ocasión fue Amai Rodríguez con una colección escenográfica que empleaba caretas, piezas de arte sacro y tocados neocoloniales de estilo opulento.
Los diseños de estas tres licenciadas de la escuela Esdemga de Pontevedra, evocan la fantasía de las vanguardias. En los años veinte, el diseñador Oscar Schlemmer diseñó en la Bauhaus el ballet Triádico, donde tres personajes, fusionaban diseño, danza y música. Esos visionarios diseños de la modernidad se pueden ver ahora en el Museo Reina Sofía, uno de los lugares del arte de no perder en los días de los desfiles.
El estilo de la cultura musical pop se pudo advertir en el excelente desfile de Miriam Ocáriz que presentó sastres negros con cinturas de avispa, trajes vaporosos como caftanes y conjuntos de día, realizados en las preciosas telas estampadas de la diseñadora. Algunos de sus modelos se vieron deambular por galerías, conciertos y museos, en la matritense Noche en Blanco. Durante esa velada fue memorable la visita a la Galería La Fresh, para ver los cuadros de Abdul Vas. Un universo de personajes antropomorfos con cabezas de pájaros y cultura rockroll.
La música pop estaba también presente en la selección de filmes de Bruce Weber que proyectaba la Casa Encendida durante esos días de moda. El fotógrafo y cineasta es autor de campañas para Calvin Klein y vídeos para Madonna.
Es un clásico de permanente actualidad que forjó la estética de los años ochenta, lo mismo que el modisto Adolfo Domínguez que volvió a Cibeles con un impecable desfile en el que casi 100 modelos desafiaban la música, paseando por la pasarela sin ella. Fue una de las mejores colecciones en línea minimalista. La de José Castro, ganador de la edición, fue una impecable colección maximalista, desbordante de creatividad. Una sucesión genial de bordados, cueros, gasas y cristales sobre la silueta de una mujer del espacio sideral. Sus trajes futuristas, parecían creados para heroínas que viviesen en los edificios de columnas musicales de hormigón construidos por el brasileiro Oscar Niemeyer, de quien también pudimos visitar una exposición entre desfile y desfile. La moda es aquello que nos ponemos para vivir en el ámbito de la ciudad y en la urbe se celebra la cultura.
La pasarela se abre cada temporada con el desfile de los noveles en El Ego. Entre los diez jóvenes talentos a concurso, estaba Marta Montoto quien presentó su colección de punto listo para caminar por la ciudad, inspirado en las máscaras mexicanas de la lucha libre. Valdnad, es otra de las jóvenes creadoras que presentó un universo que evocaba a la pintora Georgia O´Keeffe y su estética de osamentas de venatoria y tejidos de patchwork. La ganadora del premio L´Oreal en esta ocasión fue Amai Rodríguez con una colección escenográfica que empleaba caretas, piezas de arte sacro y tocados neocoloniales de estilo opulento.
Los diseños de estas tres licenciadas de la escuela Esdemga de Pontevedra, evocan la fantasía de las vanguardias. En los años veinte, el diseñador Oscar Schlemmer diseñó en la Bauhaus el ballet Triádico, donde tres personajes, fusionaban diseño, danza y música. Esos visionarios diseños de la modernidad se pueden ver ahora en el Museo Reina Sofía, uno de los lugares del arte de no perder en los días de los desfiles.
El estilo de la cultura musical pop se pudo advertir en el excelente desfile de Miriam Ocáriz que presentó sastres negros con cinturas de avispa, trajes vaporosos como caftanes y conjuntos de día, realizados en las preciosas telas estampadas de la diseñadora. Algunos de sus modelos se vieron deambular por galerías, conciertos y museos, en la matritense Noche en Blanco. Durante esa velada fue memorable la visita a la Galería La Fresh, para ver los cuadros de Abdul Vas. Un universo de personajes antropomorfos con cabezas de pájaros y cultura rockroll.
La música pop estaba también presente en la selección de filmes de Bruce Weber que proyectaba la Casa Encendida durante esos días de moda. El fotógrafo y cineasta es autor de campañas para Calvin Klein y vídeos para Madonna.
Es un clásico de permanente actualidad que forjó la estética de los años ochenta, lo mismo que el modisto Adolfo Domínguez que volvió a Cibeles con un impecable desfile en el que casi 100 modelos desafiaban la música, paseando por la pasarela sin ella. Fue una de las mejores colecciones en línea minimalista. La de José Castro, ganador de la edición, fue una impecable colección maximalista, desbordante de creatividad. Una sucesión genial de bordados, cueros, gasas y cristales sobre la silueta de una mujer del espacio sideral. Sus trajes futuristas, parecían creados para heroínas que viviesen en los edificios de columnas musicales de hormigón construidos por el brasileiro Oscar Niemeyer, de quien también pudimos visitar una exposición entre desfile y desfile. La moda es aquello que nos ponemos para vivir en el ámbito de la ciudad y en la urbe se celebra la cultura.
Román Padín
He publicado to-day este artículo sobre pasarelas y museos en el correo gallego.