Decoración de interiores ilusorio
ROMÁN PADÍN OTERO
Una exposición sobre el surrealismo en el Museo Guggenheim de Bilbao y otra sobre el maximalismo en el Musée d'art Contemporain de Burdeos sirven de excusa para conocer aspectos de la relación del arte con la decoración de interiores. El Movimiento Surrealista y el colectivo bordelés Panchounette pusieron el acento en la fractura a los dictados del movimiento moderno difundidos por los seguidores de la Bauhaus. Desde la escuela Bauhaus se fijaron las coordenadas del mueble contemporáneo. En ella participaron Paul Klee o Marcel Breuer, entre otros mucho, alcanzando a realizar creaciones convertidas en referencia del mueble contemporáneo y el Movimiento Moderno. En su etapa berlinesa, la escuela fue dirigida por Mies Van der Rohe quien hizo popular la frase "Menos es más". Los interiores simplicistas de monocromía en blanco y materiales industriales que caracterizan al siglo XX, eran de algún modo formas dogmáticas, en torno a las que se podían tomar actitudes revisionistas, pues no todo tiene por que ser siempre diáfano y de blancura racionalista. Esto es lo que plantea en cierta medida el Movimiento Surrealista con sus "interiores ilusorios". En la exposición Cosas del surrealismo del Museo Guggenheim de Bilbao, hay una sección dedicada a la casa del surrealismo. En ella habría sillas vivientes. Se identificaría la escalera con el lenguaje del psicoanálisis freudiano haciéndola un lugar equivalente a la cópula. Habría plantas habladoras, colgadores de caricias y árboles que tocan a los paseantes. En definitiva, en la casa del surrealismo el antropomorfismo tendría presencia destacada y habría mezcla de estilos en los muebles. Dos casas sirven de referencia para entender el interior de ensueño de los surrealistas. El piso realizado por Le Corbusier para el millonario mexicano de orígenes españoles con residencia en París, Charles de Beistegui, situado en los campos Elíseos es una de esas casas. El apartamento, tenía una arquitectura de formas esenciales con detalles retóricos. En un gran salón había una escalera de caracol con forma escultórica y solidez fingida como en una columna salomónica. En los salones se salpicaban los muebles de estilo Borbónico y en la terraza sobre un césped estampado de margaritas había reproducciones en piedra de los muebles del interior. Las vistas de la terraza estaban ordenadas con setos móviles, espejos sobre chimeneas de mármol y mobiliario de estilo rococó. Toda esa yuxtaposición de elementos hacía de la casa Beistegui un referente para el mundo de los sueños del surrealismo.
La casa Monkton en Sussex, Inglaterra, es otro ejemplo de la casa del surrealismo. En ella el color violáceo del exterior se remataba con formas de drapeado de tejidos. Dentro, los colores arco iris servían de entelado a las paredes sobre las que colgaban cuadros de Magritte, lámparas con forma de mano, de Nicolas de Molas, y mobiliario con formas inauditas, de Dalí. Las dos casas son un ejemplo del maximalismo en el arte y la decoración. En el CAPC de Burdeos hay otra exposición que analiza con ironía el legado racionalista. A partir del trabajo de los artistas de Burdeos llamados los Panchounettes, algo así como los que hacen cosas bonitas, se ponen en contraposición objetos de diseño cotidiano con formas extrañas y objetos de arte con formas cotidianas. La relación de un mueble de Alessandro Mendini con un sofá escultura flanqueado por bolas de cristal de discoteca no deja de ser inquietante e iconoclasta de lo que es debido para el interior de una casa. Además se relaciona el buen gusto de, por ejemplo, una silla de Rietveld con una silla de plástico de edición de gran almacén a precio popular. El gusto, el esencialismo y los usos de la casa a partir de la fractura de lo que es convencional es sobre lo que reflexiona este grupo de artistas y es en lo que se asienta esta exposición del CAPC de Burdeos. En ella lo retórico o fingidamente minimalista se advierte como esperpento y síntoma de la crisis en la hipermodernidad. Menos ya no es más y cada uno que elija el exceso o la austeridad que prefiera.
Una exposición sobre el surrealismo en el Museo Guggenheim de Bilbao y otra sobre el maximalismo en el Musée d'art Contemporain de Burdeos sirven de excusa para conocer aspectos de la relación del arte con la decoración de interiores. El Movimiento Surrealista y el colectivo bordelés Panchounette pusieron el acento en la fractura a los dictados del movimiento moderno difundidos por los seguidores de la Bauhaus. Desde la escuela Bauhaus se fijaron las coordenadas del mueble contemporáneo. En ella participaron Paul Klee o Marcel Breuer, entre otros mucho, alcanzando a realizar creaciones convertidas en referencia del mueble contemporáneo y el Movimiento Moderno. En su etapa berlinesa, la escuela fue dirigida por Mies Van der Rohe quien hizo popular la frase "Menos es más". Los interiores simplicistas de monocromía en blanco y materiales industriales que caracterizan al siglo XX, eran de algún modo formas dogmáticas, en torno a las que se podían tomar actitudes revisionistas, pues no todo tiene por que ser siempre diáfano y de blancura racionalista. Esto es lo que plantea en cierta medida el Movimiento Surrealista con sus "interiores ilusorios". En la exposición Cosas del surrealismo del Museo Guggenheim de Bilbao, hay una sección dedicada a la casa del surrealismo. En ella habría sillas vivientes. Se identificaría la escalera con el lenguaje del psicoanálisis freudiano haciéndola un lugar equivalente a la cópula. Habría plantas habladoras, colgadores de caricias y árboles que tocan a los paseantes. En definitiva, en la casa del surrealismo el antropomorfismo tendría presencia destacada y habría mezcla de estilos en los muebles. Dos casas sirven de referencia para entender el interior de ensueño de los surrealistas. El piso realizado por Le Corbusier para el millonario mexicano de orígenes españoles con residencia en París, Charles de Beistegui, situado en los campos Elíseos es una de esas casas. El apartamento, tenía una arquitectura de formas esenciales con detalles retóricos. En un gran salón había una escalera de caracol con forma escultórica y solidez fingida como en una columna salomónica. En los salones se salpicaban los muebles de estilo Borbónico y en la terraza sobre un césped estampado de margaritas había reproducciones en piedra de los muebles del interior. Las vistas de la terraza estaban ordenadas con setos móviles, espejos sobre chimeneas de mármol y mobiliario de estilo rococó. Toda esa yuxtaposición de elementos hacía de la casa Beistegui un referente para el mundo de los sueños del surrealismo.
La casa Monkton en Sussex, Inglaterra, es otro ejemplo de la casa del surrealismo. En ella el color violáceo del exterior se remataba con formas de drapeado de tejidos. Dentro, los colores arco iris servían de entelado a las paredes sobre las que colgaban cuadros de Magritte, lámparas con forma de mano, de Nicolas de Molas, y mobiliario con formas inauditas, de Dalí. Las dos casas son un ejemplo del maximalismo en el arte y la decoración. En el CAPC de Burdeos hay otra exposición que analiza con ironía el legado racionalista. A partir del trabajo de los artistas de Burdeos llamados los Panchounettes, algo así como los que hacen cosas bonitas, se ponen en contraposición objetos de diseño cotidiano con formas extrañas y objetos de arte con formas cotidianas. La relación de un mueble de Alessandro Mendini con un sofá escultura flanqueado por bolas de cristal de discoteca no deja de ser inquietante e iconoclasta de lo que es debido para el interior de una casa. Además se relaciona el buen gusto de, por ejemplo, una silla de Rietveld con una silla de plástico de edición de gran almacén a precio popular. El gusto, el esencialismo y los usos de la casa a partir de la fractura de lo que es convencional es sobre lo que reflexiona este grupo de artistas y es en lo que se asienta esta exposición del CAPC de Burdeos. En ella lo retórico o fingidamente minimalista se advierte como esperpento y síntoma de la crisis en la hipermodernidad. Menos ya no es más y cada uno que elija el exceso o la austeridad que prefiera.
I´ve publicado este artículo autour de deux expos á Bilbao et á Bordeaux. L´une about surrealism et décor , l´autre about contemporary art et la beauté. Las visité cuando pasé unos días en casa de Ignacio Goitia y Óscar Achutegui en Francia...vive la France!