domingo, 10 de agosto de 2008

El arte como oficio, design
















Desing Sirvent, el arte como oficio
ROMÁN PADÍN OTERO
En la Gran Vía de Vigo, se encuentra el establecimiento de la sociedad Sirvent. Una sólida arquitectura actual de formas esenciales, materiales industriosos y colores neutros que se identifica plenamente con los criterios de sus comitentes, los hermanos Sirvent. Se trata de una obra del arquitecto Alfonso Penela en la que se localiza la sala de exposición de muebles contemporáneos y vanguardistas objetos de decoración de la firma, entre los que están todos los clásicos del diseño del siglo XX y las más atractivas novedades del siglo XXI firmadas por arquitectos. Además, las oficinas, almacenes y una inmensa colección de máquinas de escribir se albergan en la enorme sede social.Este edificio es uno de esos casos semejantes en concepto a la residencia italiana del escritor Curzio Malaparte, en Capri, que se conoce como la casa come me, una edificación que se asemeja a su morador.Antes de tener el negocio en esta dirección, los Sirvent ocuparon otro número de la misma calle y, aún antes, un local en Velázquez Moreno, en donde inició su padre Alfredo un negocio dedicado a los servicios auxiliares con máquinas de escribir. La casa Sirvent, de alquiler de máquinas y reparaciones, tenía por escaparate varios modelos de máquinas escuetamente colocadas tras el cristal. La actividad consistía en el alquiler y mantenimiento de las máquinas. Pues en la época de los años cuarenta era infrecuente disponer de máquinas de escribir nuevas de importación y no había aún manufactura importante en España como la hubo luego con, por ejemplo, las Hispano Olivetti, por lo que había un nicho de mercado para dar servicio de máquinas en perfectas condiciones a oficinas, periodistas y notarías. En las oficinas era habitual el uso continuado de máquinas y su mantenimiento. A los periodistas, por ejemplo los de páginas deportivas, se les alquilaban las máquinas por fin de semana para cubrir los eventos futbolísticos. También en el despacho y tienda de máquinas se hacían las copias de las escrituras de notarías. Era la época anterior a la fotocopia y a la impresión digital, así que los documentos se hacían reflejando de manera expresa los extremos característicos de los mismos que luego llevaban reproducción del contenido y, en fin, la firma del fedatario público. Todo eso se tecleaba en Casa Sirvent.Ese negocio de máquinas y academia de mecanografía, donde aprendió a escribir medio Vigo, fue fundado por Alfredo, el padre de los actuales socios de la hoy empresa Sirvent dedicada al diseño industrial. El tío de los hermanos, José, fue un conocido acuicultor, quien se trasladó a Vigo desde A Coruña con su hermano Alfredo para hacer el servicio militar y luego se quedaron en la ciudad olívica a trabajar.En A Coruña, la familia Sirvent tenía en la época otro conocidísimo establecimiento comercial. Los abuelos de la saga eran oriundos de Jijona, Alicante y viajaban cada temporada a Galicia en la campaña de venta de turrón. Ellos tenían un obrador de turrón en Alicante y como el negocio de venta les iba muy bien en Galicia, pensaron en establecerse en tierras gallegas abriendo en la calle Real de A Coruña la confitería La Jijonenca. En esta marca producían helados en verano, dulces todo el año y viajaban a Levante cada otoño para producir el turrón que luego vendían en Galicia fundamentalmente.En tres generaciones, esta saga pasó de la manufactura en el sector de alimentación, a los servicios de material de oficina y, en fin, a la exposición y venta de objetos de diseño. El tránsito de la primera a la segunda actividad se vio propiciado por el traslado de ciudad. Para pasar de las máquinas de escribir a los muebles de diseño, ocurrió que se empezaron a dedicar no sólo a las máquinas, sino también a los muebles de oficina. Lo que en la época de los años sesenta se llamaba mueble metálico. En la época de traslado a la primera sede de Gran Vía en los años ochenta, con un establecimiento diseñado para la venta de mueble de oficina se dio la circunstancia del cambio cíclico de ventas, así que los Sirvent se centraron en el mueble de hogar, siendo visionarios en la percepción del campo estético de acceso del mueble de inspiración bauhausiana a la decoración.Los primeros modelos de Cassina, o de Knoll, firmados por Le Corbusier, Achille Castiglione o los Scarpa, son hoy completados por vanguardistas creaciones firmadas por Ron Aarad, los hermanos Bouroullec, Starck o Jaime Hayón. Así, en Sirvent pueden encontrarse piezas de diseño reconocidas por colecciones como las del MOMA neoyorquino o ver preciosas manufacturas en cristal de Murano sólo perceptibles al ojo refinado del amante de las artes.En su actividad durante décadas ha realizado la firma numerosas colaboraciones con artistas y arquitectos. Entre los proyectos más atractivos se encuentra por ejemplo la exposición de muebles Zanotta, organizada en cooperación con el Colegio de Arquitectos, que fue una retrospectiva de todas las grandes creaciones de esta casa italiana maestra en el arte de sentarse. También la muestra y presentación de muebles de Cassina de por ejemplo Francesco Binfaré, que captó la atención mediática y de la clientela por su alta calidad y efectividad estética. Los Sirvent son una saga axial en el diseño en España y Portugal.
Las colecciones de objetos y máquinas de raíces industriales
Desde la época de la antigua empresa de los años cuarenta propiedad de la familia Sirvent y dedicada a las máquinas de escribir, se conserva entre los hermanos el gusto por guardar las viejas máquinas. Poco a poco lo que era una costumbre de austero comportamiento de guardar y no tirar fue convirtiéndose en un afán coleccionista y en un recuerdo a la memoria de su padre y de los primeros trabajos en la empresa.Cada hermano se dedica a una tarea dentro de la sociedad. Ricardo, Luís, Alfredo, Juan y Pepe comparten no sólo el trabajo en la empresa familiar desde hace casi cuarenta años, sino también la afición al coleccionismo de las máquinas de escribir que se ha convertido, pasado el tiempo, en un auténtico museo del arte de la escritura. En la actualidad se ocupa, de manera especial, de la conservación, archivo y reparación de las máquinas con la ayuda de dos colaboradores el hermano mayor, Alfredo.En la visita, Alfredo y Luís explican y muestran con orgullo algunas de las características de las más de mil quinientas máquinas que tienen clasificadas. Hay máquinas de la casa Royal que son casi únicas. Otras de la firma Hogar del Levante español que sirven para escribir letra a letra. Hay máquinas Victoria, Hispano-Olivetti, Underwood, Hammond, Ultima. Entre otras rarezas, hay máquinas en la colección para escribir en japonés, en chino, en ruso, en lenguaje cifrado y está una máquina del film Goldfinger, de James Bond. Se tra-ta de una máquina chapada en oro que hace gala de toda la fantasía literaria de Ian Fleming. El diseño industrial encuentra en esta colección de máquinas de escribir un establecimiento único. Otros objetos de colección de los que rodean a los Sirvent son, por ejemplo los muebles firmados por Salvador Dalí que produce la firma BD, que fueron mostrados por vez primera en Galicia de la mano de los Sir-vent hace varios lustros y que decoran las más bonitas casas gallegas. Entre otros, hay una silla con las formas acuosas peculiares del genio de Cadaqués, una lámpara con muletas y un sillón lleno de humor y surrealismo.
Creaciones de hoy en el diseño y en el arte confluyen en Vigo
Uno de los diseñadores que ocupan los proyectos de los hermanos Sirvent en este momento es el italiano Ettore Sottsass en su trabajo con el grupo Memphis. Este movimiento nacido en los años ochenta hizo integración de la vanguardia artística con el diseño industrial de corte más iconoclasta. Ahora sus muebles de colores se reeditan y Sirvent será el primer establecimiento que los exhiba. Luís Sirvent explica esta pasión por la integración de arte e industria de modo singular, pues él y sus hermanos son, aparte de gestores de muebles contemporáneos, grandes aficionados al arte. El propio Luís es coleccionista de arte del siglo XX y XXI, y tiene una de las más interesantes colecciones privadas de arte en Galicia. Una selección de sus piezas ha sido expuesta en esta temporada en el museo Marco de Vigo. Entre otras obras, posee creaciones de los artistas de la transvarguardia italiana como Francesco Clemente, Enzo Cuchi y de Mimmo Palladino. Además, obras de Mateo Maté y de Javier Núñez Gasco son algunas de las geniales creaciones de artistas españoles que están en su colección. Portugueses como Cabrita Reis y Baltazar Torres están también presentes en la colección. Creadore como Julian Opie, Bernadí Roig y otros también están en la colección, que tiene en la actualidad su senda de crecimiento por el arte más industrial, el que tiene como soporte el vídeo y la fotografía. La audacia que exhiben los Sirvent en sus intereses en torno al diseño se reproduce en la colección de arte de Luís.En pocas ocasiones se hermana de modo tan efectivo arte y diseño, una riqueza en Galicia que se disfruta por todos con las colaboraciones que estos empresarios y su equipo hacen con las instituciones y administraciones para exhibir el trabajo de diversos artistas y arquitectos.
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