jueves, 24 de marzo de 2011

Rodarte, MOCA, L.A.



LA MODA, UN ESTADO MENTAL

EL MUSEO DE ARTE contemporáneo de Los Ángeles, MOCA, dedica una exposición monográfica a las diseñadoras de la marca Rodarte. Una firma que nació en EEUU en 2005 y que desde entonces ha cosechado numerosos éxitos y obtenido gran notoriedad, gracias a la creación de vestidos como si fueran piezas de arte y al empleo de materiales cotidianos como el nylon o la rafia para confeccionar suntuosos trajes. Además su presencia se ha hecho cinematográfica esta temporada, al haber sido las creadoras comisionadas para diseñar el vestuario de la película El cisne negro, para la cual reinventaron el tutú con corazón volátil de sangre manchado, tomando la idea prestada de antiguas representaciones de la Madama Butterfly de Puccini, vestida por Hanae Mori.

La exposición en el museo que forma parte del edificio llamado Pacific Design Center, es más bien escueta, se reduce a dos salas, en las que el negro y el blanco (como Odile y Odette, a la sazón los antagónicos cisnes), sirven de excusa para exponer vestidos del film y de las colecciones de calle de las diseñadoras, en un decorado nocturno con espejo de humo y un decorado níveo con tubos Dan Flavin de fluorescencia diurna. La cuestión es que la exposición ha sido referida en todo el mundo y pone en valor una firma, más bien pequeña, de reciente creación, reducida facturación y creatividad sostenida. Pero ahí está, este gran país, con un gran museo, celebra como una gran firma gracias a la financiación de Svarovski, el talento de unas recién llegadas.

Al pasear por Los Ángeles, cuesta trabajo encontrar el cartel de Rodarte en algún establecimiento. Lo que sí se encuentran son carteles de Zara, los hay por doquier. Y en principio uno parece sentirse como amparado por una embajada diplomática gallega al ver los carteles de cuatro letras. Sin embargo, lo que proporcionalmente es tan americano como la identidad en la alfombra roja o en Hollywood, de Rodarte, no es nada gallego en la firma Zara. Porque realmente Zara no exhibe su galleguidad, ni su españolidad, tan sólo su monumental volumen. Así las cosas, en las mayestáticas proporciones de las creaciones y sus difusiones made in USA, se encuentra una realidad de estado mental de mercado. De consumo, trabajo, identidad y esfuerzo en la lógica. Mientras que de las anónimas proporciones de la creación hecha en España, en Galicia, se aparece el estado mental del receso. A los ricos americanos les gusta demostrar su dinero y lo hacen redistribuyendo a la sociedad civil. A los ricos españoles, les gusta desaparecer, así borrar toda posibilidad de transfundir su mayestática presencia mundial a la adormecida sociedad en la que viven. La moda, un estado mental, entre el anonimato y la redistribución de recursos.

ROMAN PADIN OTERO