Cool transversal
HOY EN DÍA es habitual referirse a un automóvil como una obra de arte. Calificar a un vestido de escultura. Definir a una cantante como un monstruo o entender la cirugía estética como necesidad.
Esta trasposición de valores y calificativos, no responde simplemente a una crisis cultural, es debida, sin embargo, a la característica de nuestros tiempos, la transversalidad.
Lo transversal o también llamado intertextual, implica la combinación y mezcla de soportes, disciplinas y conceptos para la creación de un ente nuevo. Existe en las artes, de manera concreta desde el siglo XIX, cuando el gran músico Richard Wagner, creaba con su ciclo de dramas musicales escénicos, El anillo del Nibelungo, el concepto de la obra de arte total. Aquella en la que el texto, la escena, el canto, la música y la acción, se unen para crear una globalidad en sí misma. Algo distinto a la ópera italiana, diferente al teatro, mimético del ballet, pero transversal respecto a ellos.
En otro campo, en el del diseño industrial, se buscó también el absoluto, como en la novela de Balzac, en la época de la escuela alemana Bauhaus, cuando se integraban todas las artes para la concepción de un habitáculo cotidiano nuevo, funcional y respetuoso con el momento histórico.
En el terreno de la moda, son legendarias las colaboraciones de la modista Elsa Schiaparelli con el movimiento surrealista o de Chanel con los Ballets Rusos. Y en épocas más recientes la integración de Lady Gaga con las casas de moda Prada, Armani y los artistas Damien Hirst, David Hockney y Francesco Vezzoli, son un hito en la transversalidad. Una forma cultural de crear en el siglo XXI, que retoma el ideario wagneriano de la obra de arte total y mezclándolo con el postmoderno "todo vale", llega a una situación nunca vista antes. Un novum impecable, como en la canción de Kylie Minogue que canta "ningún amante anterior es tan bueno como tú". Hoy la cultura transversal nos parece mejor que cualquiera de las anteriores, por su capacidad integradora y heterogénea.
Una exposición sobre este tema se inaugurará en la Factoría Compostela en los próximos días. En ella se integrará por vez primera en la escena expositiva gallega, el diseño industrial, con el arte contemporáneo, con la joyería, la moda, la danza, la música y la escena. Un proyecto en el que participan empresas de diseño, artistas contemporáneos, diseñadores de moda, bailarines, joyeros, teóricos del arte y la audiencia, para celebrar en Galicia la transversalidad en el arte. La nueva forma de habitar el mundo con visión de 360 grados.
Esta trasposición de valores y calificativos, no responde simplemente a una crisis cultural, es debida, sin embargo, a la característica de nuestros tiempos, la transversalidad.
Lo transversal o también llamado intertextual, implica la combinación y mezcla de soportes, disciplinas y conceptos para la creación de un ente nuevo. Existe en las artes, de manera concreta desde el siglo XIX, cuando el gran músico Richard Wagner, creaba con su ciclo de dramas musicales escénicos, El anillo del Nibelungo, el concepto de la obra de arte total. Aquella en la que el texto, la escena, el canto, la música y la acción, se unen para crear una globalidad en sí misma. Algo distinto a la ópera italiana, diferente al teatro, mimético del ballet, pero transversal respecto a ellos.
En otro campo, en el del diseño industrial, se buscó también el absoluto, como en la novela de Balzac, en la época de la escuela alemana Bauhaus, cuando se integraban todas las artes para la concepción de un habitáculo cotidiano nuevo, funcional y respetuoso con el momento histórico.
En el terreno de la moda, son legendarias las colaboraciones de la modista Elsa Schiaparelli con el movimiento surrealista o de Chanel con los Ballets Rusos. Y en épocas más recientes la integración de Lady Gaga con las casas de moda Prada, Armani y los artistas Damien Hirst, David Hockney y Francesco Vezzoli, son un hito en la transversalidad. Una forma cultural de crear en el siglo XXI, que retoma el ideario wagneriano de la obra de arte total y mezclándolo con el postmoderno "todo vale", llega a una situación nunca vista antes. Un novum impecable, como en la canción de Kylie Minogue que canta "ningún amante anterior es tan bueno como tú". Hoy la cultura transversal nos parece mejor que cualquiera de las anteriores, por su capacidad integradora y heterogénea.
Una exposición sobre este tema se inaugurará en la Factoría Compostela en los próximos días. En ella se integrará por vez primera en la escena expositiva gallega, el diseño industrial, con el arte contemporáneo, con la joyería, la moda, la danza, la música y la escena. Un proyecto en el que participan empresas de diseño, artistas contemporáneos, diseñadores de moda, bailarines, joyeros, teóricos del arte y la audiencia, para celebrar en Galicia la transversalidad en el arte. La nueva forma de habitar el mundo con visión de 360 grados.
Román Padín Otero