Apariencia masculina y femenina
Nuestra cultura de la imagen, está dirigida por iconos estéticos. En lo referido a la apariencia del hombre y de la mujer, han sido conocidos desde la antigüedad, arquetipos que simbolizaban cualidades de uno y otro sexo.
Las visiones de las salas de los museos repletas de cuadros en los que se representaba el ideal lánguido femenino a través de retratos de Venus tumbadas o musas alegóricas conformaron el ideal delicado del hemisferio femenino del mundo.
En cuanto a los hombres, la fortaleza se representó desde antiguo por la actitud luchadora de Hércules, quien medio hombre, medio dios, vence pruebas de gran esfuerzo y riesgo. Se cubre con la piel del león, un primer atributo de virilidad como trofeo de caza y comparte la galería de arquetipos masculinos con una pléyade de personajes fornidos como los representados por Velázquez en la “Fragua de Vulcano”.
Hasta el siglo XX, estas dos representaciones complementarias o antagónicas de un ser humano mujer u hombre mantuvieron su vigencia. En ese siglo los avances sociales, estéticos y culturales, hicieron que los departamentos estancos dedicados a la apariencia femenina y masculina se desdibujaran. La divulgación del aspecto del dandi a través de la incorporación del color al vestuario masculino. La continuación de esa cultura del hombre como pavo real con los reyes del Glam, los reyes del rock y los iconos del pop, desarrollaron un aspecto de un hombre nuevo, alejado de la fortaleza hercúlea y cercano a la virtualidad intelectualidad de lo masculino.
En el aspecto femenino ocurre algo semejante y desde Sarah Bernhardt o Colette, vestidas con traje de tres piezas. Hasta la divulgación del smoking femenino y el sastre para mujer, por Yves Saint Laurent, han creado también una mujer nueva, alejada de la ociosidad de las venusianas y cercana a la laboriosidad de la mujer del siglo XXI.
Personajes que marcaron un antes y un después en una nueva concepción de la apariencia masculina y femenina, tienen en común la diversidad y una cierta laudatio del tercer sexo. Greta Garbo, Marlene Dietrich, Grace Jones, Annie Lennox, Tilda Swinton, son algunas de las damas más innovadoras en su apariencia, a veces andrógina. Hombres orientales cono el maharajah de Cooch Behar o de Kapurtala, Nijinsky, David Bowie, Hedi Slimane,Thom Browne, Tom Ford, Marc Jacobs, son algunos de los caballeros mas transgresores.
Sobre estos temas de la apariencia masculina y femenina, se convocan el día 9 y 10 de julio en Pontevedra unas conversaciones, en la Casa das Campás y en el Teatro Principal, en las que participan, el crítico de arte Mariano Mayer, el editor Luís Venegas, la galerista Topacio Fresh, el actor Zaera, el profesor Buxan, entre otros artistas e intelectuales. Además estarán David Delfín y Bimba Bosé. Todo para avanzar en la compresión de la apariencia, aquello que vemos y que debemos sentir.
Román Padín Otero
Nuestra cultura de la imagen, está dirigida por iconos estéticos. En lo referido a la apariencia del hombre y de la mujer, han sido conocidos desde la antigüedad, arquetipos que simbolizaban cualidades de uno y otro sexo.
Las visiones de las salas de los museos repletas de cuadros en los que se representaba el ideal lánguido femenino a través de retratos de Venus tumbadas o musas alegóricas conformaron el ideal delicado del hemisferio femenino del mundo.
En cuanto a los hombres, la fortaleza se representó desde antiguo por la actitud luchadora de Hércules, quien medio hombre, medio dios, vence pruebas de gran esfuerzo y riesgo. Se cubre con la piel del león, un primer atributo de virilidad como trofeo de caza y comparte la galería de arquetipos masculinos con una pléyade de personajes fornidos como los representados por Velázquez en la “Fragua de Vulcano”.
Hasta el siglo XX, estas dos representaciones complementarias o antagónicas de un ser humano mujer u hombre mantuvieron su vigencia. En ese siglo los avances sociales, estéticos y culturales, hicieron que los departamentos estancos dedicados a la apariencia femenina y masculina se desdibujaran. La divulgación del aspecto del dandi a través de la incorporación del color al vestuario masculino. La continuación de esa cultura del hombre como pavo real con los reyes del Glam, los reyes del rock y los iconos del pop, desarrollaron un aspecto de un hombre nuevo, alejado de la fortaleza hercúlea y cercano a la virtualidad intelectualidad de lo masculino.
En el aspecto femenino ocurre algo semejante y desde Sarah Bernhardt o Colette, vestidas con traje de tres piezas. Hasta la divulgación del smoking femenino y el sastre para mujer, por Yves Saint Laurent, han creado también una mujer nueva, alejada de la ociosidad de las venusianas y cercana a la laboriosidad de la mujer del siglo XXI.
Personajes que marcaron un antes y un después en una nueva concepción de la apariencia masculina y femenina, tienen en común la diversidad y una cierta laudatio del tercer sexo. Greta Garbo, Marlene Dietrich, Grace Jones, Annie Lennox, Tilda Swinton, son algunas de las damas más innovadoras en su apariencia, a veces andrógina. Hombres orientales cono el maharajah de Cooch Behar o de Kapurtala, Nijinsky, David Bowie, Hedi Slimane,Thom Browne, Tom Ford, Marc Jacobs, son algunos de los caballeros mas transgresores.
Sobre estos temas de la apariencia masculina y femenina, se convocan el día 9 y 10 de julio en Pontevedra unas conversaciones, en la Casa das Campás y en el Teatro Principal, en las que participan, el crítico de arte Mariano Mayer, el editor Luís Venegas, la galerista Topacio Fresh, el actor Zaera, el profesor Buxan, entre otros artistas e intelectuales. Además estarán David Delfín y Bimba Bosé. Todo para avanzar en la compresión de la apariencia, aquello que vemos y que debemos sentir.
Román Padín Otero