El espacio como materia
El Museo Guggenheim de Bilbao dedica una exposición monográfica a gran escala a la obra de Anish Kapoor. El escultor nacido en Bombay y residente en Londres desde los inicios de su época de formación, es uno de los grandes actores del discurso principal en el arte contemporáneo. Su intervención en la sala de las turbinas de la Tate Modern de Londres; su participación en la 44 Bienal de Venecia; el Premio Turner, son sólo algunos de los grandes reconocimientos que jalonan su carrera. Ahora esta visita de su universo creativo a España, sirve de motivo para celebrar su espiritualidad en el arte.
Hace más de una década, Santiago de Compostela acogió varias piezas importantes de este artista en sendas exposiciones en el Centro Galego de Arte Contemporánea. En ese tiempo, el público gallego pudo acariciar lo sublime con las concavidades monocromas del escultor. Ahora, en la exposición de Bilbao, se pueden admirar los tres grandes temas que aborda este creador en sus obras tridimensionales: la conceptuación de lo primigenio u originario, la complementariedad del espacio vacío con la materia, la cinética regeneradora. Y sobre estos tres argumentos gravita la espiritualidad en el arte. Dejarse cubrir por una de sus concavidades u observar sus monocromías es alcanzar lo sublime.
En una monumental escultura titulada Amarillo, del año 1999, hace referencia el autor, al concepto de lo originario, al representar un color único como inicio y fin de la obra que por los matices que consigue con ese "no color", llega a envolver y seducir al observador. Es un gran panel que dialoga como un ombligo o un apéndice, nunca se acaba de saber si es lo uno o lo otro, con la pared.
En la exposición se puede apreciar también Disparando a una esquina, una espectacular instalación que consiste en ocupar el espacio que queda entre el centro de la sala y los muros circundantes. Un cañón dispara balas de color que van tintando el muro del más oscuro de los colores, el rojo de la sangre. En esta pieza, se resume la idea de la integración del espacio con la materia, pues trata del vacío o la no sustancia como soporte escultórico. Esta idea de no objeto o vacío, se aprecia también en la múltiples esculturas reflectantes que habitan la muestra, desde la columna de esferas El gran árbol y el ojo en el exterior del edifico, hasta el No objeto que comparte una de las salas.
En fin, el aspecto del movimiento regenerador en la obra de arte se advierte bien en la enorme escultura Mi patria Roja, en la que una gran plancha redonda de vaselina roja, el monocromo último, es peinada lo largo de una hora por un aspa que está redefiniendo el espacio en cada giro de 360 grados, una metáfora del movimiento, el tiempo y la recreación de la materia.
El arte monumental de Anish Kapoor, ocupa un espacio axial en la apreciación de lo sublime en el arte de hoy. Arte en el espacio .
Hace más de una década, Santiago de Compostela acogió varias piezas importantes de este artista en sendas exposiciones en el Centro Galego de Arte Contemporánea. En ese tiempo, el público gallego pudo acariciar lo sublime con las concavidades monocromas del escultor. Ahora, en la exposición de Bilbao, se pueden admirar los tres grandes temas que aborda este creador en sus obras tridimensionales: la conceptuación de lo primigenio u originario, la complementariedad del espacio vacío con la materia, la cinética regeneradora. Y sobre estos tres argumentos gravita la espiritualidad en el arte. Dejarse cubrir por una de sus concavidades u observar sus monocromías es alcanzar lo sublime.
En una monumental escultura titulada Amarillo, del año 1999, hace referencia el autor, al concepto de lo originario, al representar un color único como inicio y fin de la obra que por los matices que consigue con ese "no color", llega a envolver y seducir al observador. Es un gran panel que dialoga como un ombligo o un apéndice, nunca se acaba de saber si es lo uno o lo otro, con la pared.
En la exposición se puede apreciar también Disparando a una esquina, una espectacular instalación que consiste en ocupar el espacio que queda entre el centro de la sala y los muros circundantes. Un cañón dispara balas de color que van tintando el muro del más oscuro de los colores, el rojo de la sangre. En esta pieza, se resume la idea de la integración del espacio con la materia, pues trata del vacío o la no sustancia como soporte escultórico. Esta idea de no objeto o vacío, se aprecia también en la múltiples esculturas reflectantes que habitan la muestra, desde la columna de esferas El gran árbol y el ojo en el exterior del edifico, hasta el No objeto que comparte una de las salas.
En fin, el aspecto del movimiento regenerador en la obra de arte se advierte bien en la enorme escultura Mi patria Roja, en la que una gran plancha redonda de vaselina roja, el monocromo último, es peinada lo largo de una hora por un aspa que está redefiniendo el espacio en cada giro de 360 grados, una metáfora del movimiento, el tiempo y la recreación de la materia.
El arte monumental de Anish Kapoor, ocupa un espacio axial en la apreciación de lo sublime en el arte de hoy. Arte en el espacio .
Román Padín Otero