viernes, 24 de abril de 2009

Román, ECG, arte&moda&venatoria

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horn y hunter


erik schmidt


erik schmidt
Los colores del cazador
Las relaciones de la moda con el arte nos llevan a evocar lugares exóticos y ambientes remotos. Diseñadores y pintores encuentran en el extremo oriente, en la vieja Rusia o en el lejano oeste, inspiración para sus creaciones. En la próxima temporada, el ambiente de la venatoria será el convocado por no pocos creadores para servir de leitmotiv a sus invenciones. Las campañas publicitarias realizadas en salones decorados con trofeos provenientes de jornadas de caza o con muebles horn & hunter, se han convertido en sinónimo de elegancia. El cazador con sus pertrechos es reinterpretado de todas las maneras imaginables por los diseñadores más vanguardistas como Thierry Mugler o por aquellos otros como Jean Paul Gaultier, quien al frente de la casa Hermés, hace variaciones sobre el lujo clásico.
El universo Mugler para hombre, es actualmente diseñado por Rosemary Rodríguez. Sus propuestas son tan variadas como tantos looks puede lucir James Bond en uno de sus films. Trajes para montar, cazar, disparar. Trajes para caminar por el hielo alpino, por la nieve pirenaica o los montes toledanos. Trajes en fin, para fumar un cigarro después de cazar perdices. Todo en cuero, piel de zorro, terciopelo, lana y seda.
Gaultier para la mujer Hermés, se inspira en la amazona, en la conductora de coches todoterreno, de hidroaviones o la alpinista. Cazadoras de cocodrilo, sastres de lana, abrigos de paño forrados de pelo y camisas de seda, son las prendas que lleva en la maleta esta aficionada a la venatoria de lujo.
Si la moda hace variaciones sobre la venatoria bajo el sortilegio de lo efímero, pues nace para ser olvidada en una temporada; el arte se inspira también en la caza con interés de permanencia. El artista Erik Schmidt, ha presentado en la galería Soledad Lorenzo de Madrid, una exposición con sus óleos sobre lienzo más recientes. Él se inspira de forma directa en el ambiente de la caza del zorro para realizar unos cuadros de composición espontánea, encuadre fotográfico y colores neoexpresionistas.
Este artista hace una nueva forma de paisajismo, en la que se advierten los colores de la naturaleza dentro de ambientes concretos, como las batidas de caza o las explotaciones enológicas. Su estilo al retratar jinetes parece citar al gran Edgar Degas, con la accidentalidad del gesto como centro de la obra. En las perspectivas desgarradas de los campos que retrata hay un eco de Anselm Kiefer. Y en la opulencia y densidad con la que aplica la pintura parece recordar a Frank Auerbach. Todo se reinventa por Schmidt al construir un universo pictográfico de impecable ejecución, atractivo discurso y excelencia estética.
En uno de los cuadros de Erik Schmidt, una pareja de jinetes en la caza del zorro, se retratan en tres cuartos de espalda. ¿Irán vestidos de Hermés y Mugler? Si así fuera, la efímera moda se habría mimetizado con la perenne vigencia del arte.
Román Padín Otero
He publicado to-day, hoy en El Correo Gallego, este artículo sobre epistemología de la moda y el arte. Esta crítica comparada que suelo hacer, no sólo ilustra al lector con múltiples fuentes de referencia, sino que además expone la realidad del ámbito de las artes aplicadas, el sector álgido hoy en creación. Román...por aquí soy el único que lo hace.