Punta della Dogana
El contexto cultural contemporáneo yuxtapone los grandes eventos internacionales a las celebraciones locales. Hay una cierta bipolaridad entre los núcleos de pensamiento cosmopolita y la producción local de ideas. La diversidad, que aparecía en los últimos años, peligrosamente agredida por la aldea global, sigue existiendo. Y en las citas artísticas como la Bienal de Venecia o la Feria de Basilea, que corresponden a esta temporada del año, se hace más palpable que nunca no sólo la diversidad de discursos culturales entre los centros y las periferias, sino que también se advierte la diversidad de calidades. Eso si, el centro hoy no es la capital, ni la periferia son las regiones no metropolitanas. Hoy el centro es un no lugar dirigido por las ideas.
Un ejemplo de esa deslocalización cultural, es la inauguración del Museo Punta Della Dogana en Venecia, uno de los más relevantes eventos artísticos recientes. Se trata de la segunda sede veneciana de la François Pinault Foundation, que cuenta así mismo con el Palazzo Grassi como residencia, para una de las más interesantes colecciones particulares de arte contemporáneo. Un museo concebido a partir de una colección francesa ubicada en Italia con artistas de todo el mundo.
La intervención arquitectónica del emblemático edificio localizado en el acceso al Gran Canal, es obra de Tadao Ando. Una sutil creación de espacios amplios respetando los viejos muros de fábrica del histórico edificio es lo que ha hecho el arquitecto japonés. Luego la utilización de las salas es contundente, pues de forma mayoritaria cada sala está dedicada por entero a un artista. Hay un respecto magnífico por la coherencia de cada uno de los universos creativos de los artistas presentes en la colección.
El espíritu de las obras en exhibición recoge perfectamente la ácida ironía del arte en las últimas décadas. Un discurso en el que la estética manga robada al mundo de los niños, aparece mezclada con citas a la abstracción, a la nueva figuración y a las técnicas más impactantes.
En la sala primera un caballo con la cabeza clavada en la pared, obra de Maurizio Cattelan se contrapone a una espléndida instalación de Rachel Whiteread, formada por "100" espacios cúbicos traslúcidos.
Luego una impresionante instalación de los hermanos Jake and Dinos Chapman reproduce en grandes cajas de cristal variaciones sobre los desastres de la guerra y reinterpreta diversas formas de infiernos. Desde la bomba atómica hasta los campos de concentración aparecen representados por medio de hiperrealismo en miniatura.
Hay además, entre otras muchas obras, esculturas de Jeff Koons, creaciones de Franz West, fotografías de Cindy Sherman, instalaciones de Fischli&Weiss y una poética sala dedicada al expresionista abstracto Cy Twombly. Es un museo donde revisitar una selección, con criterio, del arte de las últimas décadas
Un ejemplo de esa deslocalización cultural, es la inauguración del Museo Punta Della Dogana en Venecia, uno de los más relevantes eventos artísticos recientes. Se trata de la segunda sede veneciana de la François Pinault Foundation, que cuenta así mismo con el Palazzo Grassi como residencia, para una de las más interesantes colecciones particulares de arte contemporáneo. Un museo concebido a partir de una colección francesa ubicada en Italia con artistas de todo el mundo.
La intervención arquitectónica del emblemático edificio localizado en el acceso al Gran Canal, es obra de Tadao Ando. Una sutil creación de espacios amplios respetando los viejos muros de fábrica del histórico edificio es lo que ha hecho el arquitecto japonés. Luego la utilización de las salas es contundente, pues de forma mayoritaria cada sala está dedicada por entero a un artista. Hay un respecto magnífico por la coherencia de cada uno de los universos creativos de los artistas presentes en la colección.
El espíritu de las obras en exhibición recoge perfectamente la ácida ironía del arte en las últimas décadas. Un discurso en el que la estética manga robada al mundo de los niños, aparece mezclada con citas a la abstracción, a la nueva figuración y a las técnicas más impactantes.
En la sala primera un caballo con la cabeza clavada en la pared, obra de Maurizio Cattelan se contrapone a una espléndida instalación de Rachel Whiteread, formada por "100" espacios cúbicos traslúcidos.
Luego una impresionante instalación de los hermanos Jake and Dinos Chapman reproduce en grandes cajas de cristal variaciones sobre los desastres de la guerra y reinterpreta diversas formas de infiernos. Desde la bomba atómica hasta los campos de concentración aparecen representados por medio de hiperrealismo en miniatura.
Hay además, entre otras muchas obras, esculturas de Jeff Koons, creaciones de Franz West, fotografías de Cindy Sherman, instalaciones de Fischli&Weiss y una poética sala dedicada al expresionista abstracto Cy Twombly. Es un museo donde revisitar una selección, con criterio, del arte de las últimas décadas
Román Padín Otero
He publicado to-day en el correo gallego, este text sobre la Punta dell Dogana en Venecia y el arte transnacional...great, Román