La familia Rodríguez Padín, os querrechos
ROMÁN PADÍN OTERO
El pazo de los Rodríguez Padín se encuentra en el lugar de Vilaxoán en Vilagarcía de Arousa. La primera referencia histórica de la edificación data de 1098. En ella se localiza un personaje relevante llamado D. Juan Mariño de Sotomayor, un caballero de la baja edad media (siglo XIV), a quien se atribuye la construcción de la mayor parte del pazo y que además da nombre al lugar de ubicación de la casona (Villajuán). En la iglesia anexa – una exquisita y austera obra de arte románico, que forma un conjunto con el pazo–, se encuentra enterrado el caballero fundador de la casa palaciega y es, desde la modernidad, la iglesia parroquial del lugar.Una de las características principales del pazo es su sobriedad, sobre todo en su fachada principal. Lo que aparece como un signo de su carácter defensivo y militar. En la parte posterior de la casa, hay una solana muy sencilla soportada por cuatro columnas que dibujan un alzado posterior de la casa de una gran dignidad. Entre flores y plantas se cubre parte del edificio que se comunica con un jardín francés. En el centro del huerto hay un laberinto de boj, varias palmeras y otras especies que dan gran frondosidad a la finca. Entre las plantas aparecen unos grandes setos de hortensias de colores azules y blanco que son el emblema de la casa.Hay, además, un gran hórreo del siglo XVII y varios pozos y rincones románticos. En una de las torres aparece el escudo de los Sotomayor y Castro, primeros moradores de la casa, que después pasó al conde de Maceda y al Marqués de Castelar.En el siglo XIX el pazo fue adquirido por la familia Padín que actualmente es la propietaria. Miguel Padín Cardalda es el paterfamilias de esta saga propietaria de la gran casa pazo en la actualidad. Un prohombre gallego que emigró a Puerto Rico e hizo fortuna en la otra orilla del Atlántico.Entre otras inversiones, adquirió bienes de renta agropecuaria e industrial en la isla de Cuba y con otras actividades ligadas al ámbito de la banca solidificó una considerable posición.En su viaje de vuelta a Galicia, me cuenta Felipe, su bisnieto y anfitrión en esta visita, que casi fue recogido al vuelo para dos cometidos. Cuando el barco procedente de América estaba atracando en el puerto de A Coruña, fue recogido para ser informado de su matrimonio en fechas inminentes con Josefa Piñeiro.La otra información y novedad que le traían al muelle era la venta en subasta de una importante casa en su zona natal. Se trataba del pazo del Marqués de Castelar, que junto con la inmensa finca de la propiedad se ponía en venta por un valor muy atractivo.La casa fue adquirida por Miguel Padín y pasó desde entonces a ser el hogar de su familia.La propiedad, que tenía una gran finca, fue objeto de una expropiación administrativa para hacer la carretera comarcal que une Vilagarcía con Cambados, lo cual da una idea de la magnitud de la casa y de sus tierras. En la actualidad se conserva la gran finca amurallada con el imponente frente y el jardín francés. La iglesia anexa a la casa ya no es de la propiedad, pero al ver el conjunto, se pone de relieve la gran capacidad económica de la casa en el pasado y aún por su emplazamiento y vigor, la sobresaliente posición de la casa hoy.Miguel Padín fue el fundador de la banca homónima que pasó luego a ser vendida a la banca Deza y en fin a la Banca de Olimpio Pérez. De su matrimonio con Josefa, tuvo una hija llamada Josefa. La niña vino al mundo en el pazo, y contrajo matrimonio con Luis Rodríguez Pernas. Este era el entonces administrador del marqués de Aranda y señor de Rubianes. Motivo por el que el joven que era de la zona cercana a Santiago de Compostela se trasladó a vivir a Vilagarcía, donde conoció a la que sería su mujer y con quien se continuó la saga vinculada a la propiedad del pazo.Del matrimonio hubo diez hijos, algunos de los cuales residieron en la zona de O Salnés y otros se trasladaron a distintas zonas de Galicia. Los hijos del matrimonio tuvieron una vida con grandes posibilidades y diversas comodidades que no les impidieron desarrollar carreras profesionales y destacar en distintos ámbitos.Tres de los hijos son entrañables y populares en Galicia y a ellos se puede agradecer especialmente la continuación de la tradición de esta familia.Dos de las hijas, Ana y María de la Concepción, fueron unas jóvenes que hacían vida en Madrid y que deseosas de emprender una actividad profesional propia, abrieron un restaurante en las partes dedicadas a lagar de la casa. Conocidas cariñosamente con el sobrenombre de as Querrechas, porque me dice Felipe, eran pequerrechas, crearon uno de los restaurantes de mayor prestigio y popularidad de Galicia en la década de los setenta y los ochenta. El restaurante Pazo do Lagar es una invención de estas dos hermanas a quien tanto debe el arte de don Álvaro Cunqueiro y la familia de menciñeiros y maestros reposteros.El hermano que acompañó a as Querrechas en esta actividad profesional siempre fue el además patrón mayor de Vilaxoán durante décadas, Alfredo, el padre de mi anfitrión, Felipe, y de su hermano, también Alfredo.
Cocina y creadoras. En el seno de un gran pazo de Vilaxoán
Las hermanas as Querrechas abrieron su restaurante con las bases de la cocina que hacían los cocineros de la familia en su vida privada en el pazo. Fueron audaces, pues en la época en que abrieron el restaurante, no era frecuente que unas señoritas de sociedad se pusieran detrás de los fogones. Y a decir de sus sobrinos Felipe y Alfredo, continuadores en el restaurante del pazo de la tradición de sus tías, fue su reconocimiento un éxito que alcanzaron con gran tesón y unas dotes extraordinarias para la cocina. Eran expertas en los guisos, la empanada de mariscos y pescados y, en fin la gran cocina clásica gallega equiparable a las recetas de la Marquesa de Parabere en su legendario manual.El restaurante de decoración tradicional tenía entre sus comensales asiduos a escritores, políticos y empresarios de Galicia como el nobel Cela, el presidente Leopoldo Calvo Sotelo y la familia de los conserveros Calvo, por mencionar solo a algunos. Pero era también una realidad que grupos de visitantes en vacación procedentes de toda España llenaban las salas del antiguo lagar con sus frecuentes visitas.La larga tradición de las hermanas as Querrechas tocó a su fin con la jubilación hace aproximadamente un lustro. Y fueron sus sobrinos Felipe y Alfredo quienes tras una remodelación de la casa reabrieron con enorme éxito la cocina tradicional del restaurante. En la actualidad, muchas personalidades y gente del cine y el arte visitan el restaurante a diario para degustar sus innovadoramente tradicionales recetas, entre ellas el mejor brazo de gitano de Galicia y los mejores guisos marineros.Los jardines centenarios de la casa pueden visitarse y, entre otras virtudes, cuenta este gran pazo con ser una de esas formas “a la francesa” de mantener en vívida actualidad una de esas grandes residencias que representan la memoria histórica del país.Cuenta la tradición que en las mesas de esta casa de almuerzos se fraguaron no pocos importantes negocios y proyectos empresariales, entre ellos el desarrollo de la actividad portuaria de Vilagarcía.
La continuación con Felipe y Alfredo. Las nuevas generaciones
Alfredo se casó con Matucha Iglesias Varela y de su matrimonio nacieron dos hijos. Felipe, nuestro anfitrión, y su hermano Alfredo. Alfredo padre colaboró con sus hermanas desde siempre en el restaurante Pazo do Lagar y fue además durante media vida patrón mayor de Vilaxoán, pues era propietario de mejilloneras. Además, en la tradición de este pueblo de la costa arousana, Alfredo participa en la coral local quienes celebran cada año la conocida fiesta de Vilaxoán canta, una reunión de todo el pueblo en la plaza del campo para cantar en coro multitudinario las más conocidas canciones marineras.Felipe y Alfredo son los dos licenciados en Farmacia. El primero vive en Barcelona y aparte de la carrera, realizó una especialidad en ortopedia. Muy aficionado a la ópera es un asiduo del Liceo, donde le gusta poder escuchar las obras de melodía infinita de Richard Wagner, de quien prefiere especialmente el Tanhauser.Alfredo vive en Galicia y está casado con Nuria Mateos y tienen dos hijos. Marido y mujer pertenecen al mundo de la farmacia y Alfredo decidió con la reapertura del restaurante cambiar la receta por el fogón para dedicarse a la tradición familiar instaurada por sus tías. Los dos hermanos, aunque muy presentes en el ámbito profesional de la farmacia, decidieron seguir la tradición culinaria de las tías y reabrieron el restaurante O Lagar hace un año aproximadamente y son ellos los encargados en la actualidad los de mantener encendida la lumbre de esta casa con casi media centuria de vida en el muy artístico campo de la restauración. No es baladí mencionar que la cocina de este pazo está en la actualidad en las más altas cumbres de calidad y sabor.
El pazo de los Rodríguez Padín se encuentra en el lugar de Vilaxoán en Vilagarcía de Arousa. La primera referencia histórica de la edificación data de 1098. En ella se localiza un personaje relevante llamado D. Juan Mariño de Sotomayor, un caballero de la baja edad media (siglo XIV), a quien se atribuye la construcción de la mayor parte del pazo y que además da nombre al lugar de ubicación de la casona (Villajuán). En la iglesia anexa – una exquisita y austera obra de arte románico, que forma un conjunto con el pazo–, se encuentra enterrado el caballero fundador de la casa palaciega y es, desde la modernidad, la iglesia parroquial del lugar.Una de las características principales del pazo es su sobriedad, sobre todo en su fachada principal. Lo que aparece como un signo de su carácter defensivo y militar. En la parte posterior de la casa, hay una solana muy sencilla soportada por cuatro columnas que dibujan un alzado posterior de la casa de una gran dignidad. Entre flores y plantas se cubre parte del edificio que se comunica con un jardín francés. En el centro del huerto hay un laberinto de boj, varias palmeras y otras especies que dan gran frondosidad a la finca. Entre las plantas aparecen unos grandes setos de hortensias de colores azules y blanco que son el emblema de la casa.Hay, además, un gran hórreo del siglo XVII y varios pozos y rincones románticos. En una de las torres aparece el escudo de los Sotomayor y Castro, primeros moradores de la casa, que después pasó al conde de Maceda y al Marqués de Castelar.En el siglo XIX el pazo fue adquirido por la familia Padín que actualmente es la propietaria. Miguel Padín Cardalda es el paterfamilias de esta saga propietaria de la gran casa pazo en la actualidad. Un prohombre gallego que emigró a Puerto Rico e hizo fortuna en la otra orilla del Atlántico.Entre otras inversiones, adquirió bienes de renta agropecuaria e industrial en la isla de Cuba y con otras actividades ligadas al ámbito de la banca solidificó una considerable posición.En su viaje de vuelta a Galicia, me cuenta Felipe, su bisnieto y anfitrión en esta visita, que casi fue recogido al vuelo para dos cometidos. Cuando el barco procedente de América estaba atracando en el puerto de A Coruña, fue recogido para ser informado de su matrimonio en fechas inminentes con Josefa Piñeiro.La otra información y novedad que le traían al muelle era la venta en subasta de una importante casa en su zona natal. Se trataba del pazo del Marqués de Castelar, que junto con la inmensa finca de la propiedad se ponía en venta por un valor muy atractivo.La casa fue adquirida por Miguel Padín y pasó desde entonces a ser el hogar de su familia.La propiedad, que tenía una gran finca, fue objeto de una expropiación administrativa para hacer la carretera comarcal que une Vilagarcía con Cambados, lo cual da una idea de la magnitud de la casa y de sus tierras. En la actualidad se conserva la gran finca amurallada con el imponente frente y el jardín francés. La iglesia anexa a la casa ya no es de la propiedad, pero al ver el conjunto, se pone de relieve la gran capacidad económica de la casa en el pasado y aún por su emplazamiento y vigor, la sobresaliente posición de la casa hoy.Miguel Padín fue el fundador de la banca homónima que pasó luego a ser vendida a la banca Deza y en fin a la Banca de Olimpio Pérez. De su matrimonio con Josefa, tuvo una hija llamada Josefa. La niña vino al mundo en el pazo, y contrajo matrimonio con Luis Rodríguez Pernas. Este era el entonces administrador del marqués de Aranda y señor de Rubianes. Motivo por el que el joven que era de la zona cercana a Santiago de Compostela se trasladó a vivir a Vilagarcía, donde conoció a la que sería su mujer y con quien se continuó la saga vinculada a la propiedad del pazo.Del matrimonio hubo diez hijos, algunos de los cuales residieron en la zona de O Salnés y otros se trasladaron a distintas zonas de Galicia. Los hijos del matrimonio tuvieron una vida con grandes posibilidades y diversas comodidades que no les impidieron desarrollar carreras profesionales y destacar en distintos ámbitos.Tres de los hijos son entrañables y populares en Galicia y a ellos se puede agradecer especialmente la continuación de la tradición de esta familia.Dos de las hijas, Ana y María de la Concepción, fueron unas jóvenes que hacían vida en Madrid y que deseosas de emprender una actividad profesional propia, abrieron un restaurante en las partes dedicadas a lagar de la casa. Conocidas cariñosamente con el sobrenombre de as Querrechas, porque me dice Felipe, eran pequerrechas, crearon uno de los restaurantes de mayor prestigio y popularidad de Galicia en la década de los setenta y los ochenta. El restaurante Pazo do Lagar es una invención de estas dos hermanas a quien tanto debe el arte de don Álvaro Cunqueiro y la familia de menciñeiros y maestros reposteros.El hermano que acompañó a as Querrechas en esta actividad profesional siempre fue el además patrón mayor de Vilaxoán durante décadas, Alfredo, el padre de mi anfitrión, Felipe, y de su hermano, también Alfredo.
Cocina y creadoras. En el seno de un gran pazo de Vilaxoán
Las hermanas as Querrechas abrieron su restaurante con las bases de la cocina que hacían los cocineros de la familia en su vida privada en el pazo. Fueron audaces, pues en la época en que abrieron el restaurante, no era frecuente que unas señoritas de sociedad se pusieran detrás de los fogones. Y a decir de sus sobrinos Felipe y Alfredo, continuadores en el restaurante del pazo de la tradición de sus tías, fue su reconocimiento un éxito que alcanzaron con gran tesón y unas dotes extraordinarias para la cocina. Eran expertas en los guisos, la empanada de mariscos y pescados y, en fin la gran cocina clásica gallega equiparable a las recetas de la Marquesa de Parabere en su legendario manual.El restaurante de decoración tradicional tenía entre sus comensales asiduos a escritores, políticos y empresarios de Galicia como el nobel Cela, el presidente Leopoldo Calvo Sotelo y la familia de los conserveros Calvo, por mencionar solo a algunos. Pero era también una realidad que grupos de visitantes en vacación procedentes de toda España llenaban las salas del antiguo lagar con sus frecuentes visitas.La larga tradición de las hermanas as Querrechas tocó a su fin con la jubilación hace aproximadamente un lustro. Y fueron sus sobrinos Felipe y Alfredo quienes tras una remodelación de la casa reabrieron con enorme éxito la cocina tradicional del restaurante. En la actualidad, muchas personalidades y gente del cine y el arte visitan el restaurante a diario para degustar sus innovadoramente tradicionales recetas, entre ellas el mejor brazo de gitano de Galicia y los mejores guisos marineros.Los jardines centenarios de la casa pueden visitarse y, entre otras virtudes, cuenta este gran pazo con ser una de esas formas “a la francesa” de mantener en vívida actualidad una de esas grandes residencias que representan la memoria histórica del país.Cuenta la tradición que en las mesas de esta casa de almuerzos se fraguaron no pocos importantes negocios y proyectos empresariales, entre ellos el desarrollo de la actividad portuaria de Vilagarcía.
La continuación con Felipe y Alfredo. Las nuevas generaciones
Alfredo se casó con Matucha Iglesias Varela y de su matrimonio nacieron dos hijos. Felipe, nuestro anfitrión, y su hermano Alfredo. Alfredo padre colaboró con sus hermanas desde siempre en el restaurante Pazo do Lagar y fue además durante media vida patrón mayor de Vilaxoán, pues era propietario de mejilloneras. Además, en la tradición de este pueblo de la costa arousana, Alfredo participa en la coral local quienes celebran cada año la conocida fiesta de Vilaxoán canta, una reunión de todo el pueblo en la plaza del campo para cantar en coro multitudinario las más conocidas canciones marineras.Felipe y Alfredo son los dos licenciados en Farmacia. El primero vive en Barcelona y aparte de la carrera, realizó una especialidad en ortopedia. Muy aficionado a la ópera es un asiduo del Liceo, donde le gusta poder escuchar las obras de melodía infinita de Richard Wagner, de quien prefiere especialmente el Tanhauser.Alfredo vive en Galicia y está casado con Nuria Mateos y tienen dos hijos. Marido y mujer pertenecen al mundo de la farmacia y Alfredo decidió con la reapertura del restaurante cambiar la receta por el fogón para dedicarse a la tradición familiar instaurada por sus tías. Los dos hermanos, aunque muy presentes en el ámbito profesional de la farmacia, decidieron seguir la tradición culinaria de las tías y reabrieron el restaurante O Lagar hace un año aproximadamente y son ellos los encargados en la actualidad los de mantener encendida la lumbre de esta casa con casi media centuria de vida en el muy artístico campo de la restauración. No es baladí mencionar que la cocina de este pazo está en la actualidad en las más altas cumbres de calidad y sabor.
My friend Felipe and son frére Alfredo have reopened the restaurant de sus tías en el pazo de la familia. Noblesse oblige!