Sobre la interpretación en las artes
Cuenta la escritora inglesa Edith Sitwell, en su famoso libro titulado "English eccentrics", que un aficionado a la moda llamado Robert Coates era un vigoroso rapsoda. Con tal vehemencia recitaba que no siempre se atenía al texto del autor. En una ocasión versionó un pasaje de "Romeo y Julieta" y al ser interpelado por su versión libre, ¡adujo que había mejorado el texto original de Shakespeare!
Con menos ampulosidad y más familiaridad, el actor gallego Luís Zahera, conocido entre otras por las películas "O lápis do carpinteiro" y "Celda 211", me explicaba que en las grabaciones de teleseries siempre modifica involuntariamente los guiones, mezclando su experiencia con el texto. En ambos casos se ve el pasado y el presente de las variaciones sobre un tema en la interpretación. Algo inherente a la cultura hipermoderna que se puede apreciar en numerosas exposiciones, en las que la intertextualidad toma presencia al mezclar libremente escenarios culturales estancos.
Una de las exposiciones que se dedica a hacer lectura peculiar de un tema, es la que se presenta en el Instituto Cervantes de Madrid. Bajo el nombre "20 trajes para Europa", se presentan otros tantos diseños de vestidos creados por entre otros, Amaya Arzuaga o DevotaLomba. La peculiaridad de la muestra estriba en que los modistos han tomado inspiración para sus trabajos en páginas axiales de la literatura, así los dos modistos citados se refieren en sus trajes a escritos de Gabriel García Márquez y María Zambrano respectivamente. Se trata de una libre interpretación atrezzística de prosas universales.
En el Museo del Prado, la exposición "El arte del poder", pone en relación los retratos de corte con la evolución y el uso de las armaduras, desde tiempos de Carlos V hasta el reinado de Carlos III, el último de los reyes españoles en retratarse con traje de batalla en metal. No deja de ser seductora la idea de repasar la historia del traje masculino a través de la representación del poder militar que implica la armadura. Una lectura intertextual de unas obras de arte del cincel que ahora aparecen puestas nuevamente en valor.
En fin, en el MUSAC leonés la exposición "Proforma", integra de manera peculiar al museo con la academia. La muestra gira en torno a la estadía de cuarenta días que hicieron en el museo un grupo de artistas dirigidos por Jon Mikel Euba, Txomin Badiola y Segio Prego. Se iniciaba el espacio con unos conjuntos escultóricos y pictográficos creados por cada uno de los tres artistas directores y se remató con los bocetos y ensayos que tras las varias semanas de trabajo en taller se produjeron por parte de los participantes. Una forma singular de subvertir el orden de la obra de arte y el boceto, además de de ser una lectura libre del museo como espacio de creación. Entre las fronteras del arte por medio de la interpretación como sortilegio está el juego. Ahora corresponde distinguir el ensayo de la boutade.
Con menos ampulosidad y más familiaridad, el actor gallego Luís Zahera, conocido entre otras por las películas "O lápis do carpinteiro" y "Celda 211", me explicaba que en las grabaciones de teleseries siempre modifica involuntariamente los guiones, mezclando su experiencia con el texto. En ambos casos se ve el pasado y el presente de las variaciones sobre un tema en la interpretación. Algo inherente a la cultura hipermoderna que se puede apreciar en numerosas exposiciones, en las que la intertextualidad toma presencia al mezclar libremente escenarios culturales estancos.
Una de las exposiciones que se dedica a hacer lectura peculiar de un tema, es la que se presenta en el Instituto Cervantes de Madrid. Bajo el nombre "20 trajes para Europa", se presentan otros tantos diseños de vestidos creados por entre otros, Amaya Arzuaga o DevotaLomba. La peculiaridad de la muestra estriba en que los modistos han tomado inspiración para sus trabajos en páginas axiales de la literatura, así los dos modistos citados se refieren en sus trajes a escritos de Gabriel García Márquez y María Zambrano respectivamente. Se trata de una libre interpretación atrezzística de prosas universales.
En el Museo del Prado, la exposición "El arte del poder", pone en relación los retratos de corte con la evolución y el uso de las armaduras, desde tiempos de Carlos V hasta el reinado de Carlos III, el último de los reyes españoles en retratarse con traje de batalla en metal. No deja de ser seductora la idea de repasar la historia del traje masculino a través de la representación del poder militar que implica la armadura. Una lectura intertextual de unas obras de arte del cincel que ahora aparecen puestas nuevamente en valor.
En fin, en el MUSAC leonés la exposición "Proforma", integra de manera peculiar al museo con la academia. La muestra gira en torno a la estadía de cuarenta días que hicieron en el museo un grupo de artistas dirigidos por Jon Mikel Euba, Txomin Badiola y Segio Prego. Se iniciaba el espacio con unos conjuntos escultóricos y pictográficos creados por cada uno de los tres artistas directores y se remató con los bocetos y ensayos que tras las varias semanas de trabajo en taller se produjeron por parte de los participantes. Una forma singular de subvertir el orden de la obra de arte y el boceto, además de de ser una lectura libre del museo como espacio de creación. Entre las fronteras del arte por medio de la interpretación como sortilegio está el juego. Ahora corresponde distinguir el ensayo de la boutade.
Román Padín otero