viernes, 30 de enero de 2009

Magnificencia de los zares




Magnificencia en la moda del zar de Rusia
Hasta los últimos días de marzo se presenta en el Museo Victoria y Alberto de Londres una selección de joyas, accesorios y prendas procedentes del Museo del Kremlin en Moscú. Se trata de una exposición cuyo argumento sirve para analizar la relación de la vieja Rusia con su pasado y con Europa, a través de dos siglos de vestuario masculino de Corte.
Las variadas modas y formas de vestido en las Cortes europeas a lo largo de la historia sirven para conocer los cambios culturales y políticos de las distintas épocas. Las colecciones textiles como la presente y los retratos de grandes personajes en solitario o en escenas de pintura de historia, nos sirven de arqueología del gusto y la moda, siendo no sólo catálogos de cosas bellas, sino también fuentes de conocimiento de la historia y la sociología.
En la muestra londinense, se archiva el gusto de varios emperadores rusos, al exhibir objetos y ropas datados entre 1720 y 1917.
Se hace especial referencia al vestido en época de Pedro el Grande en cuyo reinado se produjo la apertura de Rusia hacia el resto de los países europeos. Pedro I (1682-1725) introdujo numerosas instituciones y prácticas occidentales en el país. Sus reformas alcanzaron al vestido dando en sustituir la ortodoxia tradicional del traje tardomedieval ruso por los llamados estilos sajón o francés de casacas y chalecos realizados en ricas telas y profusión de bordado.
Se hace notar la fascinación de los sucesivos emperadores por el atuendo militar. Pablo I, hijo de Catalina la Grande y Pedro III, cuando subió al trono en 1797, tras el larguísimo reinado de su madre, diseñó él mismo el uniforme que habría de llevar en la ceremonia, haciendo unas variaciones sobre el uniforme prusiano. Al día siguiente de su coronación todos los regimientos imperiales se adaptaron a la nueva moda impuesta y diseñada por el emperador ,quien influyó además en el uso cotidiano del uniforme por parte de Jorge IV en el Reino Unido y del propio Bonaparte.
Tras el asesinato de Pablo I, su hijo Alejandro I subió al trono y rediseñó toda la guarnición militar. Se cuenta que el propio emperador pasaba horas rodeado de todos los uniformes de los distintos ejércitos haciendo modificaciones en botones, cortes, accesorios e incluso, ¡en las formas de los bigotes de los soldados!
El hermano de Alejandro I, Nicolás I, le sucedió y a éste le sucedió su hijo Alejandro II. Ambos eran generales que participaron en conflictos como las invasiones napoleónicas o la guerra de Crimea. Ellos también subrayaron la posición del emperador como jefe ejecutivo militar del imperio al ser coronados vistiendo uniformes. El uniforme de Alejandro I seguía el estilo del pasado. Sin embargo, en los uniformes de su hijo Alejandro II se introdujeron numerosos cambios tendentes a la simplicidad y comodidad.
Luego, a finales del siglo XIX, Alejandro III hizo variaciones en estilo nacionalista ruso del viejo uniforme de aires prusianos. El último de los zares, Nicolás II, tuvo, tal y como recogió la prensa de la época, la más brillante ceremonia de coronación nunca vista y lució asimismo un nuevo estilo de uniforme militar.
Todos los trajes de los emperadores junto a los vestidos del personal de la corte pueden verse en la exposición. Además, hay una sección dedicada al sombrero de la época, a los trajes de estilo europeizante de Pedro II y a los trabajos y bordados en plata u oro.
El atuendo masculino actual toma sus orígenes del uniforme militar, es pues interesante conocer la evolución del traje castrense en una de las culturas más refinadas, la de la Vieja Rusia.
Román Padín Otero
31 de enero de 2009 en el correo gallego, á la vieille russie!!